Francis Drake llega buscando agua

En 1579, el corsario inglés Francis Drake, terror de los siete mares que recorría el Mar del Sur (Pacífico) en busca de barcos y puertos para hacerse de ricos botines, se vio obligado a navegar costeando, debido a la urgente necesidad de procurar agua. No pudo desembarcar en Coquimbo, porque tenía al frente una fuerza de 300 jinetes y 200 infantes, de manera que la “Golden Hind” debió continuar su marcha rumbo al norte y así fue como echó el anclote en “cierto punto llamado Terrapaca” (Pretty 2016).

A pesar de su insignificancia, el Puerto de Tarapacá ya figuraba en los mapas. En efecto, Drake pudo tener eventualmente conocimiento de esta caleta acudiendo a diseños cartográficos como el de Claudius Ptolemy (1559), el de Paolo Forlani (1560), el de Giacomo Gastaldi, (1568) y el de Abraham Ortelius (1570).

De las crónicas tempranas acerca de esta primera expedición de Francis Drake, poco después de Francis Pretty (1580) están “The earliest published narrative of Drake’s circumnavigation in Hakluyt’s The Principall Navigations (1589), en la que a Tarapacá se lo presenta como Tanrapaza; y en “Primo descriptionem trium itinerum nobilissimi et fortissimi equitis Francis Draken. Americae parts VIII continens” (1589), donde aparece como Tauropasam.

En Bajo Molle y Pisagua

Pues bien, desembarcados en Bajo Molle,  los piratas ingleses ignoraban que en este litoral no había más agua que los escasos y salobres flujos que filtraban en bien determinados puntos de la cordillera marítima. Hubo, sin embargo, un incidente que distrajo su búsqueda.

De acuerdo al relato del pastor capellán de la “Golden Hind”, Francis Fletcher, “habiendo desembarcado allí” (Puerto de Tarapacá), “encontramos a la orilla del mar a un español que estaba durmiendo, el cual tenía a su lado 13 barras de plata que pesaron 4.000 ducados españoles; nos apoderamos de la plata y dejamos al hombre” (Fletcher 1653:105).

Respecto a este caso -que llamaremos episodio 1-, sospechamos que el español de marras o estaba muerto de borracho o se hizo el dormido al percatarse del desembarco de los piratas, ya que no podía escapar con su tesoro a cuesta. Hay margen para suponer que se encontraba en Bajo Molle esperando la recalada de una nave para embarcar su plata. De lo que se desprende que por 1579 las Minas de Tarapacá (Huantajaya) seguían activas.

Continuando su relato (en lo que sería el episodio 2), Fletcher expresa que tras desembarcar en un lugar no muy lejos de Tarapacá y marchando por tierra en busca de agua, “encontramos a un español y a un niño indígena arreando 8 llamas u ovejas del Perú, las cuales son grandes como asnos; cada una de estas ovejas llevaba en su lomo dos bolsas de cuero y cada bolsa contenía un peso de 50 libras de plata fina” (Fletcher 1653:105).

Y no sólo hallaron plata, sino también el vital líquido.

Estaban en Pisagua, según precisó el capitán Antonio Corso, un español que Drake traía secuestrado desde Valparaíso, a fin de que le sirviera como piloto en su travesía al Norte. Tiempo después, una vez liberado por los piratas y rindiendo declaraciones ante las autoridades del Callao, el mencionado marino hispano señaló:

“Llegaron la Golden Hind y la nave de Lamero, apresada en Valparaíso, al río de Pisagua y para tomar agua llevó Drake a un indio que había tomado en un chinchorro, y entrando en el río hallaron en tierra, durmiendo, a un español que venía de Potosí con tres mil pesos de plata en barras y ciertos carneros de la tierra y mucho charqui, y prendieron al hombre y lleváronlo todo al navío; y partiendo de allí, cargaron de vela toda la noche y fueron al puerto de Arica” (Cuneo 1977: 148).

El relato de Corso mezcla elementos de ambos episodios. Lo novedoso es que refiere expresamente que desembarcaron en Pisagua y que Drake tomó a un balsero camanchaca para que le sirviera de guía hacia una fuente de agua dulce. En parte, el relato es verosímil, ya que el incidente tuvo lugar en el mes de enero; o sea, en temporada de correntía estival, lo que supone que el río Pisagua traía agua. En su defecto, junto al río, manaba una vertiente.

Pero Corso inserta el encuentro en el Puerto de Tarapacá con el español dormido y sus 13 barras de plata en el segundo encuentro (en Pisagua) omitiendo la notable carga de este metal que se transportaba en la tropilla de llamos.

No es que Corso conociera el litoral, sino que el nombre Pisagua les fue dado o por el camanchaca retenido o por el mismo español asaltado.

Pero Corso no es el único que se manifiesta respecto a este episodio. Pedro Sarmiento de Gamboa confirma que el episodio ocurrió en Pisagua y repite que hallaron durmiendo a un español con 3 mil pesos de plata, pero con la diferencia que se disponía seguir a Potosí (Nuttall 2016: 68). Poco convincente que quisiera viajar con su cargamento de plata hacia una ciudad tan alejada y donde lo que más abundaba era el metal argentífero.

También hay referencias de John Drake, sobrino del famoso corsario y también heredero suyo, ya que Francis Drake no tuvo descendencia en ninguno de sus dos matrimonios), pero sus declaraciones (prestadas en dos oportunidades ante un tribunal en marzo de 1584) son incoherentes: dice primeramente que en Pisagua habían seis llamos, después menciona sólo a uno y habla de dos españoles tomados prisioneros y llevados  a bordo (Nuttall 2016: 28,45).

Huantajaya en 1579

Los episodios registrados en Tarapacá (Puerto de) y Pisagua podrían ubicarse entre el 23 y 24 de enero de 1579.

La presencia en el Puerto de Tarapacá de aquel hombre con 13 barras de plata estaría indicando que su intención era abordar alguna nave con su carga de casi un kilo y medio de metal. Y no hay más respuesta lógica que la plata provenía de las Minas de Tarapacá (Huantajaya).

En cuanto al cargamento de plata del español en Pisagua (unos 200 kilos), cuesta aceptar que viniera o que se dirigiera a un punto tan remoto  como Potosí. Puede que esto no haya sido más que una simple declaración; de manera que es creíble que el mineral también fuera de Huantajaya. Para dirigirse a Pisagua le bastaba marchar desde el mineral hacia el norte por el pasadizo natural (hoy ruta A-514) y finalmente bajar a la costa.

Ahora, que su propósito fuera emprender viaje cargado de plata a la prodigiosa fuente argentífera que era Potosí -como afirma Sarmiento-, es aún menos verosímil.

Por 1579, Huantajaya dependía de María Dávalos, la viuda de Lucas Martínez Vegaso y casada desde hacía cuatro años con Alonso Vargas de Carvajal. Sin embargo ella fue siempre encomendera ausentista y lo más cerca que estuvo fue en Arica, entre los años 1581 y  1594 (Cuneo 1977:92,95). Después se radican en Arequipa y finalmente en Lima.

Es posible que en dicho año de 1579 el mineral siguiera tan boyante como ocho años antes, cuando el corregidor de Arequipa, Juan Ramírez Zegarra, manifestó la conveniencia de “ir a descubrir del todo las minas de Tarapacá” (Echeverría 1804:310). Y lo decía con conocimiento de causa, pues él mismo explotaba un sitio allí (Bustamante 1954:421).

La “tumba” de Drake

La siguiente visita de Drake fue Arica, pero no necesitó desembarcar, ya que encontró surtos dos barcos sin tripulantes, pues sus dotaciones habían bajado a tierra. En uno encontró 56 barras de plata y en el otro una buena cantidad de vino, casual botín que los piratas no demoraron en trasladar al “Golden Hind”. Luego incendiaron uno de los barcos, cañonearon la aldea y prosiguieron rumbo al norte.

En el Cementerio Municipal de Arica es famosa la llamada “tumba de Drake”, una sepultura de concreto en forma de féretro y dispuesta sobre el suelo. Jamás pudo verificarse quién la hizo ni cómo se instaló. Tiene inscrito un epitafio imposible: “Sir Francis Drake, 1798, Q.E.P.D.».

En el siglo pasado llegó a ser una animita tutelar de delincuentes (probablemente consideraban al pirata como un “colega”) y para estudiantes en época de exámenes. Hace pocos años, dicha “tumba” fue trasladada a otro sector, a fin de levantar en ese espacio un nuevo pabellón de nichos.

Todavía quedan no pocos ariqueños antiguos que creen con tozudez y orgullo que allí reposan efectivamente los restos del famoso corsario. Y hasta se realizan tours nocturnos oficiales con representaciones de actores incluidas, en un persistente afán por reflotar su fingida presencia.

Aunque resulte ocioso, cabe señalar que Drake murió de disentería en Panamá, el 28 de enero de 1596. Su cuerpo fue depositado en un ataúd de plomo y sepultado en el mar.

Braulio Olavarría Olmedo

Referencias bibliográficas:

Bustamante de la Fuente, Manuel J.: Mis Ascendientes,  Edición privada. 1955.

Cuneo Vidal, Rómulo: Historia de la fundación de la ciudad de San Marcos de Arica., volumen IX de Obras Completas. Impreso en el Perú por Gráfico Morton S.A. Lima, 1977.

Echeverría Morales, Francisco Javier: Memoria de la Santa Iglesia de Arequipa”. En Víctor Manuel Barriga: “Memorias para la Historia de Arequipa”, tomo IV. Editorial Portugal. Arequipa, 1952.

Fletcher, Francis: The world encompassed by Sir Francis Drake … collected out of the notes of Master Francis Fletcher … and compared with divers others notes that went in the same voyage, páginas 54-55. Printed by Nicholas Borne. London, 1653.

Nuttall Parrot, Zelia: Nueva luz sobre Drake: una colección de documentos relacionados con su viaje de circunnavegación 1577-1580). 2016.
https://books.google.cl/books?id=tggkDwAAQBAJ&pg=PT217&lpg=PT217&dq=zelia+nuttall:+nueva+luz+sobre+drake.&source=bl&ots=HycivOYegw&sig=ACfU3U0OOnGdpEyyh4R5mKx7W1zhEAgB8g&hl=es-419&sa=X&ved=2ahUKEwih-aKc9KH9AhXUAdQKHYg7Bj8Q6AF6BAgiEAM#v=onepage&q=zelia%20nuttall%3A%20nueva%20luz%20sobre%20drake.&f=false

Pretty, Francis: Sir Francis Drake’s Famous Voyage Round The World, 1580. By Francis Pretty, One of Drake’s Gentlemen at arms. The Famous Voyage of Sir Francis Drake into the South Sea, and therehence about the whole Globe of the Earth, begun in the year of our Lord 1577. The Project Gutenberg EBook of Sir Francis Drake’s Famous Voyage Round the World, by Francis Pretty. 2016.
https://www.gutenberg.org/files/2991/2991-h/2991-h.htm

Sarmiento de Gamboa Pedro: Relación de lo que el corsario Drake hizo y robó en la costa de Chile y Perú y las diligencias que el virrey don Francisco de Toledo hizo contra él en 1578. Compilado por Zelia Nuttall.

Valdivia, Pedro de: Cartas de Pedro de Valdivia que tratan del Descubrimiento y Conquista de Chile. Edición facsimilar dispuesta y anotada por José Toribio Medina. Sevilla, Establecimiento tipográfico de M. Carmona Velázquez, MCMXXIX.

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