El Democrático

Parece un pedazo de Iquique de los años 50 incrustado en los 90′. Es una máquina del tiempo que ha sabido congelar en las fotos de bellas mujeres semi-desnudas, la frescura de otros tiempos. Sobre sus mesas se han tejido sueños y fantasías. El dominó y el póker invaden las tardes del ocio. Un bar a lo far west con su correspondiente espejo, parece reflejar la época de oro que alguna vez tuvo. A medida que el tiempo pasa, se va estrechando. De hecho, ha perdido cerca de dos metros desde hace algunos años. «Conforme se consolida la democracia, el Democrático -qué paradoja- se reduce», afirmó un intelectual adicto a este bar.

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