Geoglifos y Petroglifos


Los geoglifos son diseños elaborados en la superficie o pendientes de los cerros de elevación regular con grandes motivos geométricos, antropomorfos y zoomorfos, que pueden variar desde simples representaciones de círculos de tres metros de diámetro hasta complejos cuadros de caravanas de llamas y hombres guías provistos de sombreros y báculos, con más de 50 m de extensión (Pintados, estación). Pueden verse desde lejos, según la indicación de la luz, por la aplicación de técnicas adecuadas (Núñez, 1976: 150). Los petroglifos en cambio, son diseños simbólicos grabados en rocas, realizados desgastando su capa superficial y son el más cercano antecedente de los símbolos previos a la escritura.

Los geoglifos se ubican en una ruta de tráfico de patrones de intercambio, enmarcado en la idea del desplazamiento de grupos especializados en el tráfico de larga distancia. Algunas rutas se posibilitaron hacia el norte del territorio, principalmente por la zona Camiña-Tiliviche-Pisagua. Otra ruta relevante, la describe la bajada desde el altiplano hacia Tarapacá y la costa de Caleta Buena, zona que permitió erigir el así denominado “Gigante de Tarapacá”, una de las más significativas obras de este tipo de todo el territorio.

La zona Altiplano-Pica-Pintados-Patillos parece también haber sido otra ruta de privilegio. Ella permitió erigir las más de 400 figuras que están diseminadas en los cerros de Pintados. Finalmente, ya hacia el sur de la región, aledaña y seguramente influenciada por al río Loa, se erigen Tamentica y Huatacondo, con otra magnifica muestra  de arte grabado en piedra.
¿Por qué se hicieron estas obras? ¿Qué significaron para ellos? ¿en qué momento decidían hacerlas?. Son interrogantes sin respuestas aún concretas, pero que sin embargo han aportado significativamente a consolidar la identidad tarapaqueña.  ​

Los geoglifos pueden estudiarse como indicadores de movilidad de grupos humanos. Marcan los puntos obligados de las jornadas de transporte desde los pisos altos hacia la costa. La relación entre una red de tráfico y los geoglifos tienen además una dimensión simbólico religioso. Eran lugares sagrados donde se detenían los caravaneros a descansar.
Caravanas de llamas, hombres-guías, círculos, flechas, felinos, aves, y rombo de lados escalerados, son elementos estilísticos que están muy difundidos desde los valles medios hasta la costa, apareciendo como una red de hitos homogéneos, pero geográficamente dispersos.

La mayoría de los geoglifos y petroglifos están ubicados en la desembocadura de las quebradas, en la Pampa del Tamarugal y en la costa inmediata.

Para saber más:
Núñez, Lautaro
​Geoglifos y Tráfico de Caravanas en el Desierto Chileno en: Homenaje al Dr. Gustavo le Paige, SJ Universidad del Norte. Chile, 1976. Pp 147- 201

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