El tramo costero que se extiende entre las puntas Piedras y Pichalo es alto y acantilado, con determinado número de ensenadas deshabitadas, algunas de las cuales en otros tiempos fueron centros poblados. Una de estas fue Caleta Buena.
Caleta Buena es una caleta abandonada hace muchísimos años. Se halla situada entre Mejillones del Norte y Caleta Punta Colorada. La ensenada de aceptables condiciones marítimas suele ser visitada por los pescadores del litoral. En la pequeña franja marítima que media entre los cerros y el mar estuvo el asiento del puerto o Bajo Caleta, mientras en la altiplanicie se levantaba su anexo poblado de El Alto o Alto de Caleta Buena. Hoy solo quedan ruinas de lo que fue el activo puerto salitrero.
Esta caleta antes de su habilitación era conocida por el rudo nombre de Rabo de Ballena que se derivó de un promontorio cercano, pero fue cambiado cuando se produjo su apertura como puerto salitrero, recibiendo el que actualmente ostenta. El nacimiento de Caleta Buena significó la ruina total de Mejillones del Norte, caleta por donde se efectuaban embarques de nitrato de soda. La promotora de su fundación fue la firma británica Campbell, Outram y Cía., dueña de la oficina de Agua Santa, en el cantón de Negreiros.
Al norte de la caleta hay una interesante ensenada llamada también Caletita Buena. La Misión Hidrográfica de la Armada Nacional en su exploración por las costas de Tarapacá en 1884, considerando esta identidad de denominación y a fin de evitar malos entendidos la rebautizó como Caleta Chica. Sin embargo, los pescadores aún la siguen conociendo por Caletita Buena, ubicada en el departamento de Pisagua. En cambio, la caleta motivo de esta crónica está en la jurisdicción del departamento de Iquique.
Un ferrocarril con un ramal ponía en comunicación al puerto con los cantones de Negreiros y Huara, lo que le permitió el acaparar embarque de la mayor parte del “Oro Blanco” de las oficinas de los dos señalados distritos salitreros, originando un importante movimiento naviero en su pequeña bahía. El salitre era bajado desde El Alto a Bajo Caleta a través de los planos inclinados por donde corrían los funiculares.
Caleta Buena llegó a constituir una comuna autónoma, por lo cual contaba con un Municipio con jurisdicción en algunas subdelegaciones del departamento de Iquique. En 1895 fue suprimida su comuna autónoma pasando a depender de la de Iquique.
La población más alta que alcanzó a tener ascendió a más de 2 mil habitantes, la que fue paulatinamente disminuyendo debido a la depresión de la industria salitrera.
Esta villa marítima contaba en su época de auge con casas comerciales, registro civil, cuartel de policía, oficina telegráfica, agencia postal, subdelegación marítima, tenencia aduanera, subdelegación civil, iglesia, compañía de bomberos, escuelas, instalaciones portuarias. Todas estas edificaciones desaparecieron destruidas por el gran incendio de 1929 y por la posterior desmantelación a raíz de la dolorosa crisis salitrera de 1930 que determinó la ruina de Caleta Buena.
Hoy Caleta Buena es un desierto paraje de la costa tarapaqueña, donde abundan caletas que en el pasado fueron puertos de determinada importancia comercial.
Mario Zolezzi Velásquez
El Tarapacá
Viernes 9 de junio de 1967, Año LXXIV, N°23574, p. 3