La Muerte viaja en Yola

Motivados quizás por la reciente realización del Nacional de Remo en Iquique, cinco jóvenes del Liceo de Hombres, inscritos en el Sportiva Italiana, el día 7 de octubre de 1959 deciden empezar a practicar este deporte. Llegan al Club de Botes, se suben a la Yola de 4 remos con timonel cuyo nombre era La Genoveva y se largan a remar.

Los jóvenes eran cinco. José Tejida de 18 años, Humberto Astudillo Valdés de 16, Irán Corté de 19, Martina Lioi de 16 años y Luis Pozo Contreras de 15 años. Los cuatro primeros desaparecieron. A eso de las 22.30 horas, fue encontrado sobre la yola dada vuelta,  congelado y semi-inconsciente Luis Pozo Contreras. Fue el único que se salvó.

Homenaje póstumo a nuestros compañeros deportistas liceanos 1959-2014

Humberto Astudillo Valdez, Iván Cortez Araya, Martino Lioi Elias, José Tejada Palacios, Luis Pozo Contreras

Nuestro Liceo, Liceo de Hombres de Iquique, cuna de grandes deportistas… de Campeones de Chile: atletismo, basquetbol, béisbol, boga, box, futbol, natación, etc.

El deporte de la Boga, el remo, en la década de los 50’, Iquique fue uno de los mejores exponentes en Chile.

La práctica de la boga prendió mucho en los alumnos liceanos; fue entonces que un 7 de Octubre de 1959, cinco muchachos aparecieron en el  Muelle Prat de Pasajero y sin previo aviso se echaron a la mar, aproximadamente a las 18:00 horas.

Cerca de la Boya de la Esmeralda, la yola se volcó y no pudieron recuperar su posición, lamentablemente la mar estaba muy movida y los jóvenes liceanos comenzaron a entrar en pánico…  Fue entonces que, Iván Cortez, el mayor de todos, los tranquilizó diciéndoles que nadaría hacia tierra para pedir auxilio;   José Tejada, intentó subir a la Boya de la Esmeralda, pero ésta no era como la actual (plana y con pasa mano) fue allí mismo que José se ahogó a vista y presencia de sus compañeros.  Humberto Astudillo y Martino Lioi, en la oscuridad trataban de nadar sin dirección y el oleaje los atrapó desapareciendo en medio de la marejada.  Solo hubo un sobreviviente, Luis Pozo, de tan escasos 15 años de edad fue encontrado flotando aferrado arriba de la yola.   Al día siguiente, Iván Cortez fue ubicado aferrado a la escala del muelle pesquero, fallecido… fue tanto su esfuerzo que su corazón no le permitió dar aviso y auxiliar a sus compañeros.

Esta tremenda tragedia enlutó el deporte de Iquique, fue así que de a poco el remo, el deporte de la boga, dejó de practicarse…

Esta síntesis histórica contada y recordada al cumplirse 55 años de esta tragedia, es para dejar grabada como un testimonio noble y emotivo de estos cinco muchachos liceanos deportistas…

Hoy a 55 años, en recuerdo de estos Nobles Hijos de Tarapacá, no podemos dejar pasar el gran pesar que aún nos embarga esta lamentable tragedia y que nuestro Liceo, este Viejo Caserón, que nos cobijó y nos hermanó por siempre, entrego nuestro sincero y emotivo homenaje a los compañeros mártires: Humberto Astudillo Valdez, Iván Cortez Araya, Martino Lioi Elías y José Tejada Palacios… Y, a Luis Pozo Contreras (cariñosamente, Moisés, salvado de las aguas), quien falleció en la ciudad de Arica en Diciembre de 2004.

Estimados Amigos Ex –  Alumnos, después de 55 años recordar  que aún seguimos lamentando este trágico accidente de los 5 compañeros liceanos, dos de ellos mis amigos de barrio Humberto y Martino,  donde la práctica de este hermoso deporte como es la Boga que se practicó mucho en nuestro Iquique, siendo nuestra ciudad uno de los grandes exponente, realizándose grandes campeonatos nacionales.

La impetuosidad de siempre de esa juventud que todo adolescente lleva en su pensamiento, que toda la vida cada uno de nosotros llevamos en la sangre, en nuestras venas…  Ese carácter de rebeldía y conocer lo desconocido, pues a estos queridos y recordados compañeros es lo que los motivó…

Sin embargo, quiero entregar un testimonio muy personal de mi parte, tres de estos compañeros vivían en el sector de mi barrio:  –  Humberto Astudillo Valdez, Martino Lioi  Elías e Iván Cortez Araya eran vecinos;  Astudillo y Lioi vivían al lado del ingreso a la galería del  recordado Cine – Teatro Nacional y Cortez al frente de ellos (Amunategui entre Sargento Aldea y Thompson) al lado de la Residencial “Pedreros” y el suscrito vivía frente al Mercado Municipal (Barros Arana entre Sargento Aldea y Latorre) donde mi padre tenía el conocido “Restaurant Zaragoza”. Además recuerdo que la abuelita de Astudillo vendía la famosa chicha de piña (al lado del Bazar “Oropesa”) y el papá de Martino, cariñosamente conocido como “Miguelini” tenía un restaurant.

Ese día en la tarde, antes de volver a clases al  Liceo, fui invitado por Astudillo y Lioi a ir al puerto a andar en yola; fue esas cosas del la vida, les respondí que ¡no!, porque tenía una prueba de Matemáticas al día siguiente con el profesor Sepúlveda.

Esas cosas de la vida, es decir, esa negación por parte mía, creo que me salvó al no estar involucrado…, sin embargo, creo que ellos no insistieron mucho  por mi corta edad, puesto que tenía escasos 12 años; por lo general siempre nos íbamos juntos al Liceo; yo ese año 1959, cursaba el 1er. Año de humanidades.

Otro compañero y vecino de Astudillo, Lioi y Cortez de la calle Amunategui es Rolando Ramírez Díaz, quien también puede dar su  testimonio. Rolando vivía junto a su madre y la “abuela Sara” que tenía una frutería y venta de chicha de piña…  Actualmente, Rolando trabaja en la Fundición “Neptuno”.

Esta narración con mucho sentimiento la escribo con nostalgia y de gran pesar, puesto que he revivido una vida de hace 55 años…  Es lo mismo que, sigo reviviendo en estos días, otro recuerdo de vida que me tocó pasar junto a Rolando Ramírez hace 41 años en Pisagua…

Vaya mi respeto a los familiares de Humberto, Martino, Iván, José y  Luis.

Freddy B. Alonso Oyanadel.

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