El autor de la letra del himno del Liceo de Hombres de Iquique

Gustavo Fiamma Olivares

Los alumnos del Liceo de Hombres de Iquique, actualmente Libertador General Bernardo O’Higgins Riquelme, saben que la letra del himno de dicho establecimiento educacional fue escrita por el Profesor don Juan Dávila Solera, pero desconocen su valía en el ámbito educacional y diplomático. Como alguien con justicia lo afirmó, el profesor Juan Dávila Solera, sin duda, es «una gloria de la enseñanza, de la intelectualidad y de la diplomacia costarricense».

Por eso, creemos necesario dar a conocer, paso a paso, su trayectoria, tanto en Chile como en Costa Rica.

1.-Antecedentes Familiares

El profesor don Juan Dávila Solera, el autor de la letra del Himno del Liceo de Hombres de Iquique, nació en Heredia (1880), Costa Rica; siendo sus padres, don Manuel María Dávila Gutiérrez y doña Ana María Solera, y sus hermanos, Luis y José Dávila Solera. Contrajo matrimonio con doña Isabel Rosa Estila Lucrecia del Carmen Rosabal Molina (1881-1923). Hijos: Juan y Flora. En 1939 se casó con doña Carmen Borges Pérez, que lo acompañó hasta su muerte.
Perteneció a una muy distinguida familia costarricense. Su padre había sido diputado ante el Congreso y su hermano Luis (1878-1948), que siguió la carrera judicial, llegó a ser Presidente de la Corte Suprema de Justicia (1935).

2.-Becado a  Chile

«Uno de los problemas más serios que tuvo que enfrentar Costa Rica, en relación con la Educación Secundaria, fue el de encontrar profesores con una formación apropiada. Hubo varias formas de intentar solucionar esta carencia de profesores (…)». Entre estas alternativas: «Becar a costarricenses para que estudien en el exterior carreras de profesorado. Varios estudiantes estudiaron pedagogía en Chile en la última década del siglo XIX y en la primera del XX, entre los cuales se encuentran personalidades que harían grandes aportes a la cultura del país, como Joaquín García Monge, Roberto Brenes Mesén, José Fidel Tristán, Lucas Raúl Chacón, José María Orozco y Juan Dávila Solera» (Alexander Cox Alvarado, Informe final del Estudio de los empleadores de los profesores de Educación Secundaria de Ciencias, Español, Estudios Sociales, Inglés y Matemáticas en Costa Rica, Consejo Nacional de Rectores Oficina de Planificación de la Educación Superior, Costa Rica, 2005).

3.-Estudios en Chile (Pedagogía y Derecho)

Consta, en el Boletín de Intrucción Pública, Consejo de Instrucción Pública, sesión de 14 de junio de 1897, que por decreto N° 1897, de 9 de junio de 1897, se dispuso: «La Tesorería Fiscal de Santiago entregará al Cónsul de Costa Rica en Chile, don M. Aníbal Tagle, por mensualidades iguales y vencidas, a contar del 17 de abril último, la asignación anual de tres mil seiscientos pesos que corresponde, a razón de seiscientos pesos al año a cada uno de los alumnos costarricenses que se expresan a continuación y que tienen beca en el Instituto Pedagógico: Don Roberto Brenes Meisen, don Fidel Tristán, don Antonio Arroyo, don Elías Leiva, don Salomón Castro y don Juan Dávila. Refréndese, tómese razón y comuníquese. Errázuriz. J.D. Amunátegui Rivera».

-En el Boletín de Instrucción, sesión de 12 de marzo de 1900, consta el otorgamiento del diploma de Profesor de Historia y Geografía al alumno de Instituto Pedagógico don Juan Dávila Solera. Al efecto, en el acta correspondiente, se manifiesta lo siguiente:
«Sesión de 12 de marzo de 1900.-Fue presidida por el señor Rector de la Universidad, don Diego San Cristóbal y asistieron los señores consejeros Amunátegui, Carvallo, Espejo, Torres y el Secretario General que suscribe. Leída y aprobada el acta de la sesión de 8 de enero último, el señor Rector declaró haber concedido, el 10 de enero último, los diplomas que se expresan a los siguientes alumnos del Instituto Pedagógico: Profesor de Historia y Geografía, a don Manuel Francisco Barahona Mendoza, don Juan Dávila Solera, don Domingo Maturana Salcedo, doña Corina Urbina Villanueva y don Juan A. Villagrán Muñoz. Fdo.: Diego San Cristóbal, Rector. Luis Espejo V., Secretario General».

-Con respecto a sus estudios de leyes en Chile, aparece en el Boletín de Instrucción Pública, páginas 103-104, que, en la sesión de 21 de junio de 1897, se acordó insertar en el acta:
«4°.-De una solicitud de los bachilleres en ciencias y letras de Costa Rica don Juan Dávila Solera y don Elías Leiva Quiroz para que se les permita, en el plazo de tres años, rendir exámenes del curso de leyes necesarios para el bachillerato en esta Facultad. Se acordó advertir a los solicitantes que pueden rendir los exámenes en el orden que estimen conveniente en calidad de estudiantes de ramos sueltos, quedando sometidos a la prescripción que se consigna en el inciso 3° del artículo 16 del supremo decreto de 28 de enero de 1887. Diego Barros Arana, Rector. Gaspar Toro, Secretario General».

En el libro de don Luis Dobles
Segreda, se consigna, en la lista de Abogados de Heredia, que don Juan Dávila Solera se graduó el año 1909 (Luis Dobles Segreda, La provincia de Heredia, Biblioteca de la Asamblea Legislativa, Librería Lehmann, San José de Costa Rica, 1934, p. 149).
Así, don Juan Dávila Solera, acapara los títulos de Profesor y Abogado.

4.-Director del Liceo de Costa Rica (1913-1919)

El Liceo de Costa Rica, ubicado en la ciudad de San José, es una Institución Educativa de Enseñanza Secundaria, fundada por decreto presidencial el 6 de febrero de 1887. Fue declarada «Benemérita de la Cultura Costarricense». Su lema: «Liceo de Costa Rica, lucharás lucharás, triunfarás, triunfarás».

El Licenciado Juan Dávila Solera, entre los años 1913 y 1919, fue su Director.

Escribió la letra de su hermoso himno, al igual que lo hizo en la Escuela Superior de Señoritas y en el Liceo de Hombres de Iquique.

«Renunció en 1919 al ser llamado de Chile para asumir la subdirección e impartir lecciones en el Liceo de Varones de Iquique» (Sinabi.go.cr, biografías).

El Diario de Costa Rica del 6 de diciembre de 1919, en página uno, dio cuenta de la fiesta de ayer en el Liceo de Costa Rica. Al respecto, señaló: «Con motivo de la separación del Director, don Juan Dávila, después de 17 años de labor, hubo frases de despedida, vibrantes y afectuosas como las del Profesor don Mario Fernández y se le obsequiaron dos bonitos regalos: una pluma de fuente muy lujosa, de parte de los alumnos graduados y un par de gemelos de plata, del personal del Tercer Año».

5.-El Profesor Juan Dávila Solera en el Liceo de Hombres de Iquique

Según el profesor Albornoz, el Rector del Liceo de Iquique, don Luis A. Silva, profesor de Estado de Matemática, se hace cargo del puesto a principios de 1920, teniendo como Inspector General, puesto creado desde esta fecha, a don Pedro P. Canales, quien va a ser reemplazado muy poco después por  don Juan Dávila Solera, costarricense, pedagogo en Historia y Geografía. El señor Dávila va actuar cerca de ocho años en forma meritoria y descollante y no se retirará sino en 1929, llamado por el Gobierno de su Patria, a dirigir la Escuela Normal de Heredia» (H. Albornoz, Reseña Histórica del Liceo de Hombres de Iquique 1886-1931, en Revista Cultura, Año II, Nº 5, Junio de 1935).

En el escalafón de profesores de Costa Rica (1923), aparece clasificado en «primera categoría» (Diario de Costa Rica, 3 de octubre de 1923, p. 7).

El profesor Dávila compartió por completo el rectorado de don Luis A. Silva y el comienzo del Rectorado de don Romeo Salinas (1928).

Escribió la letra del Himno del Liceo de Hombres de Iquique. Un legado que, por su belleza patriótica, ha conseguido traspasar generaciones y temporalidades. El himno, que ya estaba listo para abril de 1927, se entonó oficialmente en el día del 41 Aniversario, el 7 de junio de 1927 (La historia del himno del Liceo, publicación sin autor, en “Presencia del Liceo de Hombres en Iquique 1886-1988”, Leonel Lamagdalaine, Miguel Retamales, Domingo Sacco, Wilfredo Ward y Guillermo Murray, 1988, p. 61; lo mismo sostiene Freddy Alonso en su libro “Mi liceo, 120 años de historia, 1886-2006”, p. 21).

Por consiguiente, no resulta efectivo que el himno de Dávila y Aroca se haya compuesto para el cincuentenario (1936). Ello no habría sido posible, en ningún caso, toda vez que Dávila ya no estaba en Chile. El señor Dávila se fue a Costa Rica, su Patria, a comienzos del año 1929.

En un artículo intitulado «La vanguardia», publicado en la Estrella de Iquique, el 9 de junio de 2011, muy favorablemente se expresa: «El himno fue escrito por Juan Dávila Solera con música de la profesora Carmen Aroca. Las estrofas de este canto marcial, son repetidas por la memoria histórica de quienes estudiaron en este Liceo y es hasta un código de hermandad y fraternidad que traspasa los tiempos».

El profesor Dávila, sin perjuicio del amor a su Patria, sentía la chilenidad como propia, y así lo deja entrever a lo largo del himno.

Estando en nuestro suelo, a mucha distancia de su país, sufrió el inesperado y doloroso fallecimiento de su cónyuge. En el Diario de Costa Rica, de 25 de octubre de 1923, página cinco, se informó sobre esta triste noticia: «Falleció ayer tarde doña Estila Rosabal de Dávila. El sepelio se efectuará hoy en la ciudad de Heredia.
Ayer a las 17 horas, después de una corta agonía, falleció doña Estila Rosabal de Dávila,a causa del accidente de que informamos en la edición anterior.
Fue casada con el Profesor don Juan Dávila Solera…».

El Profesor Dávila estuvo en el Liceo de Hombres de la ciudad de Iquique, desde el 15 de abril de 1920 hasta que tuvo que retornar a Costa Rica para hacerse cargo de la Escuela Normal (1929).

El Diario de Costa Rica consignó su regreso a San José: «Ayer regresó hasta esta capital el distinguido Profesor don Juan Dávila  a quien le presentamos un saludo muy cariñoso» (Diario de Costa Rica, 10 de marzo de 1929, p. 5).

6.-Cónsul General de Costa Rica en Chile

El Licenciado Juan Dávila Solera fue designado Cónsul General de Costa Rica en Chile, durante la Administración Aguilar Barquero, por  medio de los Acuerdos N° 55 de 22 de diciembre de 1919 y N° 13 de 28 de enero de 1920 (Luis Carlos Serrano Madrigal, Semblanza de don Andrés Venegas García, Serie Yvonne Clays N° 30, Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de Costa Rica, 2017, p. 63).

-El Diario de Costa Rica, de 8 de febrero de 1921, página siete, sobre su cometido informó lo siguiente: «El Licenciado don Juan Dávila Solera, actual Cónsul de Costa Rica en Chile ha enviado detalles de la fiesta  hispanoamericana del cuarto centenario de Magallanes. Estuvieron representados en aquellos festejos tres naciones de Europa y quince de Hispano-América. La comitiva oficial salió de Valparaíso para Punta Arenas en el vapor «Imperial» fletado expresamente por el Gobierno. Los gastos que ocasionó el centenario ascendieron a dos millones».

-En el mismo medio de prensa, con fecha 27 de febrero de 1923, página cinco, se reprodujo el Acuerdo por el cual se nombra la delegación al Quinto Congreso Panamericano.  Señala que en la Gaceta de hoy se consigna el siguiente Acuerdo, de fecha de ayer: «N° 18. San José, 26 de febrero de 1923, acuerda: 3°.-Designar a los señores Licenciados don Juan Dávila Solera y don Álvaro Bonilla Lara, para Secretario de la Delegación a la Quinta Conferencia Internacional Americana y de la Legación en misión especial en la República de Chile, el primero, y agregado a la Delegación y misión especial mencionada, el segundo. Publíquese, Acosta. El Secretario de Estado Encargado del Despacho de Relaciones Internacionales, M. Obregón L.».

-Sobre lo mismo, el Diario de Costa Rica, del 27 de febrero de 1923, página cinco, en notas de actualidad, reporta un cable del Ministro Obregón por el cual éste dijo que «ayer mismo comunicó a la Legación de Costa Rica en Washington el nombramiento de delegado a la Conferencia de Chile y al Cónsul señor Dávila, su nombramiento de Secretario».

-Más adelante, el 2 de noviembre de 1923, se informó acerca del homenaje a Costa Rica en Santiago de Chile: «Los canjes se ocupan de la fiesta que el 15 de septiembre anterior llevó a cabo en Santiago de Chile la Escuela de Niñas N° 89, a la cual tocó recibir la bandera de Costa Rica durante las fiestas con que agasajó el Gobierno a los delegados a la Conferencia Panamericana. Depositaria aquella escuela del tricolor costarricense, rindióle homenaje en el día de nuestras libertades. A nombre de Costa Rica y de su Gobierno rindió las gracias por el homenaje el Sr. Cónsul don Juan Dávila Solera» (Diario de Costa Rica, 2 de noviembre de 1923, p. 6).

-El Licenciado Dávila aparece dentro del «cuerpo consular residente», como Cónsul General de Costa Rica:  fecha del exequatur 12 de abril 1920. También figura en la nómina del «cuerpo consular residente en Santiago: Catedral 1452» (Cuerpo Consular de Chile y Cuerpo Consular Residente, Año 1923, hasta el 15 de julio, Ministerio de Relaciones, Sección Consular, Santiago de Chile, Imprenta, Litografía y Encuadernación «La Ilustración», 1923, ps. 52 y 63).

7.-Director de la Escuela Normal (1929-1932)

Después de su paso por el Liceo de Hombres de Iquique, el profesor Dávila fue nombrado Director de la Escuela Normal, mediante Acuerdo presidencial N° 307, expedido en San José de Costa Rica, con fecha 5 de febrero de 1929, según el cual: «El Presidente de la República, Acuerda: Aceptar la renuncia presentada por el señor profesor don Justo A. Facio, del cargo de Director de la Escuela Normal de Costa Rica; y nombrar en su lugar al señor profesor don Juan Dávila Solera. Publíquese.-González Víquez. El Secretario de Estado en el Despacho de Educación Pública. Segreda» (Memoria de la Secretaría de Educación Pública, República de Costa Rica año 1929, Imprenta Nacional, San José de Costa Rica, 1930, p. 43).

8.-Fallecimiento de su madre

En la Tribuna del 11 de abril de 1929, página 17, se dio la noticia de este acontecimiento, doloroso para el Profesor Dávila, en estos términos: «El fallecimiento de doña Anita Solera vda. de Dávila llenó de justo pesar a la sociedad herediana. Nuestras notas sobre Heredia llevan orla negra como una prueba de sentimiento que fue general por la muerte de la católica y estimable dama doña Anita Solera vda. de Dávila, cuya sensible desaparición de la escena de la vida, causa hondo pesar en todas las personas y ha afectado profundamente a nuestra sociedad. Doña Anita fue la esposa exquisita, admirable, del recordado caballero que se llamó Manuel Ma. Dávila, quien, durante mucho tiempo, prestó importantes servicios a la Nación y sirvió a su provincia como Diputado al Congreso, campeando en todos sus actos, honradez inmaculada, inteligencia y un catolicismo puesto a prueba en toda su vida.
La noble señora cargada de años, de méritos y virtudes que acaba de rendir su tributo común a la madre tierra, fue la madre solicita, amorosa de sus hijos Licenciado don Luis Dávila, Profesor don Juan Dávila y don José María Dávila Solera.
Mantuvo siempre en el hogar el sacro fuego de su amor de esposa y de madre de muchos y elevados quilates, como el del oro; y sus bellas cualidades, fueron piedras preciosas que esmaltaron su alma de madre».

9.-Director del Museo Nacional de Costa Rica

Según el Acuerdo Nº 231, expedido en San José, con fecha 4 de marzo de 1932, «el Presidente de la República acuerda: Nombrar al señor Profesor don Juan Dávila Solera para el cargo de Director del Museo Nacional. Este acuerdo empieza a regir desde el 1° del presente mes. Publíquese.-González Víquez.-El Subsecretario de Estado en el Despacho de Educación Pública, Segura» (Acuerdos, Cuarta Parte, p. 47).

10.-Profesor de Estado en Ciencias Sociales y Económicas

Mediante acuerdo N° 56, de 24 de octubre de 1932, se concedió al Licenciado don Juan Dávila Solera el título de Profesor de Estado en Ciencias Sociales y Económicas.

11.-Jubila en el Colegio Superior de Señoritas

Así se comunicó en el Informe del Director del Colegio Superior de Señoritas, de 30 de diciembre de 1937: «La planta de empleados del Colegio durante el año ha sido casi la misma de cursos anteriores; tres magníficos compañeros, sin embargo, no figuraron en nuestras listas de 1937: el Lic. don Juan Dávila Solera, quien se acogió a jubilación (…). Salvador Umaña, Director» (Informe del Director del Colegio Superior de Señoritas a la Secretaría de Educación I-Nota de Envío N° 778, Diciembre 30, 1937).

12.-Cónsul General de Costa Rica en Panamá

La Prensa Libre, de 29 de enero de 1937, página dos, al respecto informó: «El Consulado General de Costa Rica en la capital de Panamá tendrá jurisdicción en toda la República. De conformidad con lo resuelto en Consejo de Gobierno, el Poder Ejecutivo dictó el siguiente acuerdo: «Dejar sin efecto el acuerdo N° 46 de 6 de mayo de 1932 y nombrar al señor Profesor don Juan Dávila Solera, para que, ad honorem, desempeñe el cargo de Cónsul General en la ciudad de Panamá, República de Panamá, con jurisdicción en toda la República». El señor Dávila Solera saldrá dentro de pocos días para hacerse cargo del Consulado General de Costa Rica en la capital de la vecina República del Sur».

-Con motivo de esta designación «La Prensa Libre», del 1° de marzo de 1937, informaba lo siguiente: «esta tarde, en el Colegio de Señoritas, se ofrece una fiesta de despedida al Profesor don Juan Dávila». «Mañana saldrá el señor Dávila para Panamá, donde va con el cargo de Cónsul General de Costa Rica. Mañana, por vía aérea, saldrá de esta capital con rumbo a Panamá, nuestro distinguido amigo el licenciado y profesor don Juan Dávila Solera, recientemente nombrado por nuestro Gobierno con el alto cargo de Cónsul General de Costa Rica en la ciudad de Panamá, con residencia en Balboa.
Como durante los últimos años, con esmerada eficacia, el señor Dávila ha venido sirviendo diferentes cátedras en el Colegio Superior de Señoritas, el personal docente y administrativo de aquel plantel ofrecerá a don Juan, esta tarde, una fiesta de despedida.
Consistirá esta fiesta en un té, amenizado por una magnífica orquesta.
Como todas las fiestas de profesores en el Colegio, no dudamos que la de esta tarde será sumamente cordial y simpática, ya que se trata de despedir a uno de los mejores elementos del magisterio nacional, que tantos años ha servido distinguidas posiciones como director y profesor de nuestros colegios de Segunda Enseñanza, y quien además se ha distinguido siempre como compañero y amigo leal y exquisito.
Sirvan estas líneas para despedir con la mayor cordialidad al buen amigo señor Dávila Solera, deseándole la más completa felicidad en su viaje y en la posición que va a desempeñar en nuestra hermana república del sur».

13.-Contrae matrimonio con doña Carmen Borges Pérez

La Tribuna del 18 de febrero de 1939, página seis, publicó una participación del siguiente tenor:

«Juan Dávila Solera y Carmen Borges Pérez: se complacen en participar a sus familiares y amistades su matrimonio efectuado en la Iglesia Cristo Rey. Panamá, 4 de febrero de 1939».

14.-Cónsul Ad-Honorem de Portugal en Panamá

La Tribuna, del 27 de julio de 1941, página cinco, informó sobre  esta designación: Vista la solicitud de don Juan Dávila Solera para que se le conceda el permiso legalmente  necesario para ejercer las funciones de cónsul ad-honorem de la república del Portugal en Panamá, el Presidente de la República: Acuerda conceder al expresado señor Dávila Solera el permiso que solicita».

15.-Ministro Plenipotenciario en Honduras (1945-1948)

«Por acuerdo de ayer, ha sido nombrado para tan elevada posición este culto caballero.

Profesor y Abogado de la Universidad de Chile, el señor Dávila Solera sirvió durante largos años en nuestra Segunda Enseñanza y son millares los alumnos que escucharon sus sabias lecciones.

En la carrera diplomática desempeñó la representación de Costa Rica en Chile y en Panamá, países en los cuales dejó muy bien puesto el nombre de nuestra patria.

Don Juan, como cariñosamente lo llamamos, tiene especiales aptitudes para la carrera diplomática por su educación exquisita, por su vasta ilustración, por la espontánea simpatía que despierta desde que se le trata.

Hombre enemigo de toda ostentación, goza de grandes y merecidos prestigios en nuestra sociedad y en nuestro mundo político.

Consideramos como un verdadero acierto de nuestro Gobierno este nombramiento y el pueblo hondureño pronto conocerá a uno de los más altos valores intelectuales de Costa Rica» (La Tribuna, 15 de febrero de 1945, p.7).

16.-Fallecimiento y homenajes

-El Diario «La Prensa Libre», en su edición del 13 de octubre de 1956, página 16, informó esta triste noticia:

«Murió el profesor Juan Dávila Solera. Hace unos pocos días hicimos una nota informando acerca del cumpleaños del Profesor Juan Dávila Solera, cuya salud venía muy quebrantada. Hoy nos toca informar acerca de su sensible fallecimiento. Fue don Juan uno de los buenos profesores que honraron con su saber y experiencia, la enseñanza nacional. Ameno, instruido, comprensivo y lleno de nobles intenciones, lo mismo en el aula que fuera de ella, disfrutó del constante aprecio, del cariño y simpatía de sus discípulos y de los padres de familia. De esta semilla de educadores, conscientes de su misión, quedan aún muy pocos. Mas la Patria ve consumirse estas vidas útiles, preclaras y ejemplares, una tras otra, con honda pesadumbre: porque sabe que reponerlas es tarea harto difícil. Don Juan era el tipo de educador estudioso, siempre bien informado, de larga y sostenida práctica mejorada con sus propias experiencias y teniendo como su valioso auxiliar para sus lecciones, su propio material de lucha.

Damos conmovidos la infausta noticia de su fallecimiento y al hacerlo, presentamos nuestro testimonio de pesar a su esposa doña Carmen Borges de Dávila; a sus hijos don Juan Dávila R. y doña Lilly H. de Dávila; don Pablo y doña Dora Dávila de Paz; a sus hermanos don José Dávila Solera y Sra.; María Borges P., doña Fredesvinda Borges vda. de Ramírez y demás familiares».

-El diario La Prensa Libre, del 23 de octubre de 1956, tituló: «Una vida ilustre al servicio de la Patria». Luego, resaltaba su trayectoria: «El profesor don Juan Dávila Solera fue una verdadera gloria para el país: veinte años consecutivos en la enseñanza nacional, lo acreditaron como a uno de los mejores profesores de la época. Se graduó de Bachiller en Humanidades en el Liceo de Costa Rica, en 1896. Se fue a Chile, donde el 10 de enero de 1900 era profesor de Estado de la Universidad, y el 2 de abril del mismo año, obtenía su título de Bachiller en Leyes; los años 1900 a 1907 fue profesor de Historia y Geografía en el Liceo de Costa Rica, y de 1908 a  1911, ocupó el cargo de Director y de profesor del Instituto Alajuela; los años 1912 a 1919, sirvió en la Dirección del Liceo de Costa Rica. En el ramo judicial, fue abogado de los Tribunales de Costa Rica el 27 de diciembre de 1909; notario del Colegio de Abogados de Costa Rica el 10 de enero de 1918 y abogado de los Tribunales de Chile en 1923.
En Chile fue profesor de Historia y Geografía del Liceo de Hombres de Iquique (15 de abril de 1920), y al año siguiente era Inspector General de dicho Liceo.
Reconociendo sus dotes morales, su talento y preparación, desempeñó los siguientes cargos públicos: Cónsul General de Costa Rica en Chile; Letra Patentes del Gobierno de Costa Rica (2 de febrero de 1920) y Exequatur del Gobierno de Chile (12 de abril de 1920). Delegado de Costa Rica a las Fiestas del Cuarto Centenario del Descubrimiento del Estrecho de Magallanes; Secretario de la Delegación de Costa Rica a la Quinta Conferencia Internacional Americana; Cónsul General Ad Interin de Chile en Centro América; Ministro Plenipotenciario de Costa Rica en Honduras (1945-1948); y los años de 1937 a 1944, sirvió el Consulado General de Costa Rica en Panamá.
Asistió a la toma de posesión del Presidente Rómulo Gallegos de Venezuela, siendo Ministro en Honduras, con el rango de Embajador en Misión Especial, acompañándolo en esa Misión el Jefe de Protocolo, don Mario Álvaro Piza, con el rango de Ministro; y don Alexis Guevara y don Alberto Foinquinos.
En todos esos cargos mostró don Juan su don de gente, su entereza moral, su tino zahorí y su gran amor a la Patria. Sólo así se explica que recogiera a lo largo de su vida útil y llena de merecimientos, tantas simpatías y el constante cariño que se le profesó.
Fue, pues, la suya, una vida ilustre al servicio de la Patria: el hombre bueno y de singulares virtudes, en continuo batallar por el buen nombre de Costa Rica dentro y fuera de sus fronteras.
He aquí un bello motivo para que los versados en estas cuestiones escriban su biografía, y con la intención también de que los hombres que ocupan transitoriamente el Poder Público, le tributen el homenaje Póstumo a que se hizo acreedor con sus relevantes actuaciones.
La Prensa Libre le rinde tributo póstumo con motivo de su Novenario y al hacerlo, le renueva su testimonio de condolencia a su esposa doña Carmencita Borges de Dávila; a sus hijos Dr. Juan Dávila R. y doña Lilly Hass de Dávila; don Pablo Paz y doña Flora D. de Paz; a sus hermanos don José Dávila Solera y Sra.; doña Fredesvinda Borges vda. de Ramírez; María Borges Pérez, nietos, sobrinos y demás deudos».

-El 22 de junio de 1957, el Colegio Superior de Señoritas tributó un homenaje póstumo al Profesor Juan Dávila Solera. «Esta mañana, a las 8.00, en el Colegio Superior de Señoritas se le rindió un homenaje póstumo al recordado diplomático y distinguido Profesor don Juan Dávila Solera, autor de la letra del Himno del Colegio, siendo la música del Profesor don José Joaquín Vargas Calvo, también de grata memoria.
Estuvo presente en el acto la estimable viuda del Prof. don Juan Dávila y familiares.
En el Salón de Música fue colocado su retrato y el del Prof. don J.J.Vargas Calvo» (La Prensa Libre, 22 de junio de 1957, p. 15).

-Se mantiene vivo el recuerdo del profesor Juan Dávila Solera: «Dos años han de cumplirse el lunes del fallecimiento del recordado Profesor Juan Dávila Solera, gloria de la enseñanza, de la intelectualidad y también de la diplomacia costarricense. Lo honraron con señaladas distinciones nuestra patria y los gobiernos extranjeros, igual que las universidades. Figura notable, de extraordinario talento, de gran trato y de nobles atributos.
La Prensa Libre recuerda al profesor don Juan Dávila Solera y les renueva su pesar a su esposa doña Carmen vda. de Dávila Solera y demás familiares» (La Prensa Libre, 11 de octubre de 1958, p. 12).

-Días después, el Diario de Costa Rica recordará también al profesor Dávila: «Ayer se conmemoró un aniversario más, del sentido fallecimiento del Profesor don Juan Dávila Solera. Con ese motivo se ofició una misa de réquiem en el templo del Carmen, de esta capital.
Recordamos bien al bondadoso Profesor de Geografía. Siempre sonriente, siempre preocupado por sus alumnos.
Nunca puso una mala calificación por complacencia, sino a causa de no haber podido lograr que el alumno la mejorara, y dispuesto a  ayudarle a lograrlo en la próxima ocasión.
Alegre, conversador, en la sala de profesores; comprensivo y generoso, en la aula.
Su ausencia, de años, no ha podido borrar de la memoria su amable sonrisa con que se enfrentó a la vida: la que lo distinguió siempre, y que reflejaba la bondad de su corazón» (Diario de Costa Rica, 14 de octubre de 1958, p. 20).

17.-Los himnos hermanos

El profesor Juan Dávila Solera escribió bellamente los himnos del Liceo de Hombres de Iquique, del Colegio Superior de Señoritas de San José de Costa Rica y del Liceo de Costa Rica, que llenan de orgullo a los alumnos de esos Centros de Enseñanza. Repasemos estas letras:

1) Liceo de Hombres de Iquique (137 años)
Letra: Juan Dávila Solera
Música: Carmen Aroca
«La vanguardia de Chile formamos
nobles hijos de Tarapacá
en nuestro árido suelo glorioso
las riquezas ocultas están.
Estas playas de Prat y los suyos
contemplaron la hazaña inmortal
y su tumba sagrada la arrulla
el sonoro rugido del mar.
Junto al héroe que lucha en la guerra
está aquel que combate en la paz
la ignorancia traidora enemiga
es la fuente siniestra del mal.
Preparamos en nuestro Liceo
legionarios que irán a luchar
porque sea este Chile querido
el orgullo de América austral.
La vanguardia de Chile formamos
nobles hijos de Tarapacá
en nuestro árido suelo glorioso
las riquezas ocultas están
Estas playas de Prat y los suyos
contemplaron la hazaña inmortal
y su tumba sagrada la arrulla
el sonoro rugido del mar.

2) Colegio Superior de Señoritas de San José de Costa Rica (135 años)
Letra: Juan Dávila Solera

Música: José Joaquín Vargas Calvo
«Venid, compañeras, venid celebremos
del noble colegio la augusta misión;
con fe y entusiasmo un himno elevemos
y vibre en los labios la hermosa canción.
Cantemos los triunfos del arte y la ciencia
que dignificaron la noble mujer;
pues ya convertida la humana conciencia
en reina del mundo la esclava de ayer

Venid compañeras venid celebremos (bis)

Estallan las flores en plácida calma
y el prado perfuman y adornan también;
así  las virtudes, las flores del alma,
perfuman y adornan la senda del bien (esta estrofa, se canta dos veces seguidas, la primera solo los quintos, la segunda todo el colegio)

3) Liceo de Costa Rica (136 años)
Letra: Juan Dávila Solera
Música: Julio Osma
«Nuestro lema el amor al trabajo;
nuestro culto la propia virtud;
el ideal caricia nuestra alma
con el suave fulgor de su luz.
El aroma del arte perfuma
el sendero de nuestro deber;
nos alienta el vigor de la ciencia
de la vida en el duro vaivén.
Prometemos amar nuestra tierra,
por su bien con denuedo luchar;
y con fe inquebrantable en el triunfo
que corona el esfuerzo tenaz.
Emprender la misión redentora
que en el mundo nos toca cumplir,
realizando el magnífico ensueño
de una Patria más culta y feliz”.

Gustavo Fiamma Olivares
Santiago de Chile, junio 7 de 2023.-

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