Barrio El Colorado

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Es tan iquiqueño este barrio popular ubicado en lo que es hoy la entrada a la Zona Franca, que cuando fuimos a buscar a don José Santos Cáceres Galaz, se encontraba actualizando una de las más típicas instituciones iquiqueñas: estaba durmiendo la siesta. Esperamos hasta las 4 de la tarde. A las cinco «se va pa’ afuera» es decir, se iba a la mar, a su trabajo diario.

​Mientras tanto, su mujer, en las afueras de su casa, en toda una esquina y bajo la sombra de un árbol tan viejo como el Colorado, y ayudado por la sombra de un letrero de una bebida cola y de Aníbal Palma, tejía una red de color verde donde la cojinova habría de vivir sus últimos coletazos.

Ella, humilde, nos contaba mientras tanto sus impresiones acerca de este barrio y de este Iquique que cada día se parece menos a los recuerdos.

Ella bajó desde Humberstone el año 1947 cuando el salitre dejó de ser el oficio del norte grande. Nostálgica con el Iquique de antes, dejaba salir con cierta ironía también las frases sobre el puerto: «En Iquique se levanta una piedra y salen los campeones» o, «aquí los campeones nacen, no se hacen». Y podríamos seguir.​

Escuela en el barrio del Colorado

«Se nos ha asegurado que el regidor don Pedro Fontecilla ha concebido la feliz idea de presentar un nuevo proyecto de acuerdo a la Municipalidad, en una de sus próximas sesiones, pidiendo la creación de una Escuela para niños en el populoso barrio del Colorado.

Al ser cierta la noticia, ella no puede ser más oportuna, si se toma en consideración el gran número de familias pobres que viven en aquel barrio y que, por la gran distancia que hay de allí hasta donde están situados los establecimientos fiscales de educación, se privan de mandar á sus hijos.

Creando la Escuela que tratamos se conseguirá también que el centenar de niños que pululan por la playa del Colorado, aprendiendo malas costumbres y viviendo en el ocio, acudieran á las aulas para ser mañana buenos ciudadanos, útiles á la patria y á sus familias».

El Nacional
23 de Marzo de 1899

Don José Santos, quien se autodefine como un hombre bueno, sobre todo por su nombre, es un pescador artesanal de 65 años. Ojos azules penetrantes, manos curtidas por las redes y el mar, y con una memoria que se le despierta cada vez que va hilvanando los recuerdos. Canoso como la historia del puerto, don José es coloraíno por todos los lados.

El Colorado tuvo sus límites claros: las calles Blanco Encalada, Ferrocarril e Independencia, Balmaceda que ahora es Desiderio García. Es claro en afirmar que el llamado Colorado Alto es sólo del año 1968, y sus calles principales eran Balmaceda, Colón y Valparaíso. Hoy sólo quedan casas derruidas esperando su holocausto al progreso, dicen con cierta ironía sus pobladores.

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Al igual que los otros barrios, El Colorado tiene en Estrella de Chile el club de sus amores. Fundado el 14 de Junio de 1921, este club ha tenido una destacada labor en eso de promover el fútbol, actividad a la que se dedica en forma exclusiva. Dentro de sus glorias figura Roberto Ramírez quien fue campeón en 1943 y estuvo tentado por el Colo Colo, pero su afición por el vino, dicen, lo marginó de tan ansiada proyección deportiva. Sobresalen también los hermanos López, Jirón, Gaete, don Enrique Luján, Francisco y Felipe Cáceres. Fueron aportes importantes a Deportes Iquique, Benjamín Cáceres, Justo Ayala y Abel Mejías. En la política, cercano al Colorado, destacó el regidor y también alcalde por el partido de la Democracia Cristiana don Pedro Salazar Ansaldo.También El Colorado, tiene sus propios linajes, familias cuyos apellidos destacan por sí solos, y los remiten a este populoso barrio. Así por ejemplo, decir coloraíno, es decir, Cáceres, Fuenzalida y Ayala, desde esta última destaca a nivel literario, Juvenal Jorge Ayala poeta local de gran proyección. Don Rosendo Zegarra es según don José Cáceres «la reliquia del barrio». Tiene más de 100 años.

El Carnaval del Colorado también fue un evento de importancia, se jugaba a la chaya al igual que en otros barrios. Hubo una tradición muy grande en este aspecto. Don José entre nostálgico y con rabia dice «el Carnaval y otras cosas se perdieron hace 16 años».

​La fiesta de San Pedro, patrón de los Pescadores se celebra desde hace 25 años, esta ceremonia -según los coloraínos- tiene más arraigo en Cavancha. Cuando conversábamos con don José, en la tarde del Primero de Noviembre, éste saluda a su cuñada que con un ramo de flores en la mano iba al Cementerio, don José le dice en voz alta «Dile al Chato que mañana voy a verlo». Es la mentalidad popular que, pese a la muerte, le sigue hablando a los difuntos. El Chato Cáceres, hermano de don José, descansa en la otra vida desde hace un tiempo .

​A los coloraínos se les conoce en Iquique, no sólo por ese gentilicio, sino que también por el apodo de “los potos verdes”. Cuando la gente habla de El Colorado tiene que hablar de este sobrenombre. ¿Pero cuál es el origen de esta nueva forma de identificar a los habitantes de este barrio popular?

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Cuando le hicimos la pregunta a don José, se la hicimos con cierto temor. Dimos un largo rodeo, hasta que llegamos al tema. Don José esbozó una sonrisa, y en alta voz y haciéndome un guiño con sus ojos azules, le pregunta a su esposa: «Oye vieja, ¿desde cuándo comí potos verde?». Hubo una explosión de risa. Desde hace cuarenta años atrás -comenta- viene ​
este sobrenombre. Resulta que en esa época había una carreta, La Plaziña, le llamaban, que recorría el Mercado y los alrededores de éste y recogía basuras y desperdicios: hojas de lechugas, tomates, etc., y lo iba a tirar al basural que estaba cercano a la Caleta, muy cerca de donde ahora está el muelle de la Pesquera Iquique. En esa ocasión, los coloraínos supieron de un cargamento de gallinas, en estado de descomposición, y que tenían el poto verde. Fueron y trajeron las gallinas, le cortaron el poto y se la comieron. Alguien supo de esto, y fiel a la tradición del humor popular le puso el apodo que aún persiste.

Pero, los coloraínos se defienden, han bautizado, a modo de revancha, a sus iguales del Colorado Alto, como los “come perros”. Sobre esto hay una versión que afirma, que cansados “los potos verdes” de las burlas por su sobrenombre, hicieron un partido de fútbol con los del Colorado Alto, y al finalizar le ofrecieron un asado. Estos últimos encontraron todo muy rico y se lo hicieron saber a sus anfitriones. Estos, contentos, le dijeron lo que sucede es que comieron un asado de perro. De allí quedaron con ese nombre.

El año 1963, el año en que nació la Juana, la hija de don José, éste funda El Deportivo Las Cabras. De paso nos dice que la calle Las Cabras fue un invento de don Segundo Pastén, comerciante de botellas, alias El Gitano, que hace 35 años atrás tenía una crianza de cabras. El Deportivo comparte con Estrella de Chile las glorias del barrio.

Imagen El Colorado tuvo una extensa playa, con aguas cristalinas y arenas claras, que hicieron de los habitantes del lado norte de Iquique su balneario favorito. Don Luis Barría Zepeda dice que este balneario era más largo que el de Cavancha. Eso sí -dice- que el mar reventaba contra los muros hasta donde hoy está la ENDESA (Empresa Nacional de Electricidad). Allí estaban las bodegas donde se guardaba el salitre en sacos. El auge de la pesca industrial sepultó para siempre estas hermosas playas. Hoy queda como tributo del pasado bandadas de guajaches que con sus largos picos parecen recordar esos tiempos.

Fuente: Bernardo Guerrero Jiménez, Del Chumbeque a la Zofri, Iquique, Chile, 1990.

Para saber más: El Colorado un barrio de humildes pescadores que se niega a olvidar su identidad – La Estrella de Iquique

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