El Cachimbo
A la hora de la danza tarapaqueña, el cachimbo aparece como el baile de estas quebradas. Una de sus principales estudiosas, Margot Loyola, propone la siguiente definición: “Danza regional tarapaqueña de pareja mixta suelta y carácter amatorio, congénere de la gran Zamacueca del Cono Sur de América” (1994: 31). Esta danza se vincula preferentemente a Pica, Matilla, Tarapacá, Mamiña y Macaya. En esos lugares se desarrollo y alcanzó un gran nivel en su ejecución. Así lo dice nuestra investigadora: “Asisto a la celebración de tres Santos Patrones: San Antonio de Matilla, San Santiago de Macaya y San Andrés de Pica, en cuyos parabienes vivo la danza en todo su esplendor” (Loyola, 1994: 13).
Los macayinos se definen como los mejores ejecutantes de este baile. Citamos la nota de Margot Loyola, sobre este particular:
«La ví bailar en los parabienes con acompañamiento de banda, durante la fiesta del Santo Patrono San Santiago, lugar donde anoté la coreografía y estilo de su danza, junto a los siguientes datos; aprendió Cachimbo de sus padres y abuelos. Tenía una tía que parecía que volaba cuando bailaba… antes se cantaba con guitarra; al dentrar la banda se perdió la letra. Para doña Eulalia, Baile y Tierra y Cachimbo es la misma danza… la mujer torea al hombre, él la ataja y cuando quiere le da la pasada, uno que no separa queda la embarrada.
Antiguamente bailó con acompañamiento de violín, guitarra y bombo, pero escuchó cantar a Cachimbo a Eleuterio Garrido y Domingo Sanquea.
Recuerda que en Macaya y Mamiña, se usaron Cachimbos preciosos hasta el año 20. En momento quedó el recuerdo de la velocidad de sus desplazamientos, ella como su tía, parecía que volaba cuando bailaba.
En esa misma oportunidad doña Virginia Vilca, nacida en Macaya, nos dice: Para bailar Cachimbo se necesita chispa y gusto. El baile es suave, no como caballos locos. Marcela Vilca, bailaba con un vaso lleno de chicha, sobre la cabeza (Loyola, 1994; 61). La que habla es Eulalia Cruz Véliz».
Agregamos este otro comentario:
A la fiesta de San Santiago tocaban laquitas. También se bailaba cachimbo e Ismael Quihuata lo bailaba muy bien con una señora de Pica, igual que el trote también la mamá que era macayina con los Ramos Cholele que iba Alfonso lo bailaban muy bonito, porque no es llegar andar corriendo de un lado a otro y tiene sus pasos, uno de mis hijos que murió, bailaba muy bonito el cachimbo.
En la quebrada de Tarapacá, en el pueblo del mismo nombre doña Gladys Albarracín es una de sus cultoras. Amiga de Margot Loyoya, tiene una academia donde se enseña esta danza señorial, a los jóvenes del pueblo. «No hay que bailarla como locos» nos contó el día 10 de agosto del 2017.
En la fiesta de San Lorenzo, el día 10 de agosto, a las 12.00 horas luego que se canta el himno nacional, se baile el cachimbo. «Sin esta danza, la fiesta no es lo mismo» agrega.
Se le debe a Calatambo Albarracín (www.musicapopular.cl), hermano de Gladys, el haber difundido esta danza en todo Chile. El, le puso la letra. El folklorista Rolando Alarcón (1929-1973), compuso en su honor el «Negro Cachimbo.
Varios cultores desean que esta danza sea declarada patrimonio nacional: www.estrellaiquique.cl
Bibliografía:
Loyola, Margot El Cachimbo. Danza tarapaqueña de pueblos y quebradas Ediciones Universitaria de Valparaíso de la Universidad Católica de Valparaíso. Valparaíso, 1994
Es un baile de parejas sueltas, en el que los bailarines parecen deslizarse sobre el piso, sin saltos ni zapateos, conforme a una coreografía fija y que termina por lo se llama popularmente «el toreo», una persecución del varón hacia las polleras de la mujer que parecen ser la capa del torero que los atrae.
Su característica principal es que, como muchas danzas del Norte, sólo es conocida en su expresión instrumental (guitarras y mandolina), sin una letra que sólo fue agregada muy posteriormente hacia los años 50, cuando su principal mentor, Calatambo Albarracín, la dio a conocer al resto del país: «Ya empezó, el Cachimbo de Tarapacá». Posteriormente, en los años 60 y 70 se popularizó con las creaciones de los Cuatro Cuartos, Los de Santiago y tantos otros intérpretes de lo que se denominó el Neofolklore.
Más que la difusión de la obra de Calatambo Albarracín, recordamos al Negro Cachimbo, Rosa Colorada, Pica (es Edén de todo Tarapacá) y sus secuelas.
Una cantidad muy valiosa de tradiciones musicales del Norte, especialmente de la diversidad folklórica de Iquique y sus pueblos aledaños, fue proporcionada por el investigador iquiqueño Manuel Checura Jeria al Conjunto Folklórico de la Universidad del Norte, al final de los años 60 y por los padres de algunos funcionarios de esta casa de estudios superiores, provenientes de Pica, Mamiña y nuestras investigaciones en Chiapa, La Tirana y otros pequeños poblados.
Fuente:
José Miguel Aguirre El Mercurio de Antofagasta 16 de septiembre de 2017, página 23
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