En el orden de magnitud sucede a la anterior la plaza «Condell» cuyo nombre pertenece de lleno a la historia.
Situada a tres cuadras de distancia de la anterior fue hasta hace dos años un sitio triste y abandonado que daba a Iquique el más lúgubre aspecto. Gracias a la labor del municipio, secundada sagazmente por el Inspector de servicios Municipales, el distinguido caballero señor Ramón Ramírez, a quien es justo elogiar por el bien que anhela para esta gloriosa capital, la citada plaza se encuentra convertida en uno de los sitios más atrayentes de Iquique. En nuestra opinión es un paseo muy simpático, un punto donde se aspira un ambiente perfumado por las flores que adornan sus artísticos jardines y es además un paraje desde el cual se observa un panorama muy pintoresco, trazado por el responsable comercio que la rodea, las tres vías del ferrocarril de sangre que la atraviesan, el vasto Mercado Central y el tráfico inusitado de carruajes.
En el centro se ha colocado un kiosko de fierro que ha recibido importantes modificaciones, pues éste fue traído desde la Plaza Prat, a la cual fue llevado desde una plazuela que existió en el «Morro» hace treinta o más años; así que la expresada «glorieta» es sumamente antigua y ha prestado servicios en tres plazas. En ella toca comúnmente los días martes y sábado, la «banda» del Regimiento Granaderos, cuyas notas melodiosas renuevan la vida del espíritu de ese tranquilo vecindario.
Las plantaciones que cultivan en los jardines de la expresada plaza, no son por cierto las finas y hermosas que con tanta facilidad prosperan en los campos del sur. La mayor parte son flores desdeñadas en otros puntos fértiles, pero que aquí, lejos de despreciarlas, las admiramos como una maravilla.
El piso de la plaza es de cemento romano y los asientos que la rodean son de madera, redondos, con una abertura al centro, por dónde asoman arbolillos de dudoso desarrollo.
También está rodeado de algunas pilas trabajadas artísticamente.
Al costado oriente se encuentra el magnífico edificio del Mercado, que ocupa una «manzana» del terreno. Su aseo es admirable, los «puestos» cuyos «mesones» están dotados de cubiertas de mármoles, brillan por su higiene, así como el piso y los muros. Nada falta allí y en los días de arribo de vapores el movimiento es extraordinario, de modo que se convierte en un sitio muy concurrido y pintoresco. La fachada del edificio es espléndida. Los altos se encuentran ocupados por la Escuela Profesional de mujeres, los cuales arrienda el Municipio al Gobierno; pero posteriormente ambos han entrado en litigio con motivo de no haber cubierto el segundo pago del alquiler y de esta querella se ha desprendido según auto judicial, que el Gobierno debe pagar los arriendos insolutos.
La Escuela Profesional a que nos hemos referido, es un plantel de educación que ha dado hermosos frutos. En ella se ha confeccionado últimamente una «banda» de magistrado que ha sido obsequiada al actual intendente de la provincia señor Eastman.
El edificio del Mercado fue construido antes de 1879, pero los altos son de fecha posterior. Durante la guerra sirvió de cuartel a los Cuerpos peruanos 5° y 7° denominados «Cazadores de la Guardia» y «Cazadores del Cuzco» sucesivamente y cuando Chile tomó posesión de Iquique, encontró en él, equipo y vestuario en perfecto estado. La plaza Condell se llamaba entonces plaza del Mercado.
Tomado de “La Ciudad de Iquique” de Francisco Javier Ovalle, Iquique, 1908, página 198