Patrimonio salitrero

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Fotografía de Juan Paz Muñoz: Oficina salitrera Iris – Diagnóstico del Patrimonio Salitrero de la provincia del Tamarugal.

Patrimonio Salitrero: el Triunfo de la Persistencia

Este lunes 5 de junio del presente, en el diario La Estrella de Iquique se puede leer una gratificante noticia sobre la donación de un libro de faenas de 1938 de la oficina salitrera Iris. Los donantes eran la directiva del Círculo de Guías de Turismo Cultural, que preside actualmente el señor Juan Carlos Vilca, y el director ejecutivo de la Corporación Museo del Salitre, Silvio Zerega, fue quien recibió esta donación. Habría pertenecido este libro al conocido investigador del salitre y precursor de ambas organizaciones, Emilio Zárate.

Lo más relevante de esta noticia no es solamente el rescate de una pieza histórica, sino la existencia de un vínculo entre quienes promueven un turismo responsable y quienes tienen la titánica tarea de conservar y promover el principal sitio histórico salitrero de Chile y el mundo.

Desde hace décadas investigadores locales como Emilio Zárate Moreno y Luis Covarrubias Ornayo, ambos fallecidos, realizaron obras con lecciones que no podemos olvidar, como aquella de registrar y cuidar nuestro pasado para las generaciones futuras, como el libro «Pampa Viva» del primero, y el museo de Río Seco, del segundo. Nunca olvidaremos a Luis Covarrubias como guía en las salitreras y en las guaneras, nadie como él conoció el cantón de Pozo Almonte e infiernillo de Pabellón de Pica. Experto en la revolución del «91» y en los chinos culíes. Mientras Emilio Zárate hacía correr tinta ilustrada en páginas y páginas que se transformarían en libros imprescindibles. Síntesis de ambos es Senén Durán Gutiérrez.

La persistencia de ellos y de muchos otros, cambiaron el destino de las salitreras de Tarapacá, pues en la década de 1980 parecían condenadas al saqueo y la destrucción, en cambio, dos de ellas se levantaron como emblemas y fueron declaradas Patrimonio Histórico de la Humanidad: las oficinas Humberstone y Santa Laura. En ese proceso surgió la Corporación Museo del Salitre y la figura del profesor Silvio Zerega Zegarra, quien junto a sus colaboradores han logrado enfrentar un desafío a escala internacional.

Felizmente, podemos observar que jóvenes investigadores, como los antropólogos Tamara Sánchez, Pablo Méndez- Quiroz y Paulina Henríquez, han tomado la posta de Luis Covarrubias por el rescate de los puertos guaneros como Pabellón de Pica y Huanillos, y cada año vemos a nuevos escritores, como Juan José Podestá, plasmando en nuevos libros sus impresiones de nuestra región, como lo hizo Emilio Zárate y antes los cronistas y periodistas decimonónicos.

«La persistencia de ellos y de muchos otros, cambiaron el destino de las salitreras de Tarapacá».Fuente: «Sergio González Miranda, Premio Nacional de Historia». La Estrella de Iquique, 09 de junio de 2017.

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