Iquique. «…Iquique era una villa grande, acogedora, cordial, en que los habitantes proletarios se prestaban recíproco apoyo. El sentido clasista se expresaba en los más nobles ejemplos y no era un misterio para nadie que muchas personas no cerraban las puertas de sus ranchos, porque estaban seguros de que nadie entraría a robarles. I.W.W., ácratas y comunistas habían edificado una nueva moral. El tiempo hermoso del apoyo mutuo alumbraba los días» (Caliche. Luis González Zenteno, 1954: 135).