Iquique: ¿un Bombo?

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Desde la primera impresión que siente quien escucha sonidos en esta época hasta el fin de año, en la secuencia de los meses parece repetirse un solo sonido: un bombo, nutren de fiesta y alegría, pero a la vez de tristeza y marcialidad.

El sonido que marca pasos y vaivenes, cada vez con más frecuencia en este mes, genera en la memoria colectiva de los iquiqueños un significante que trae recuerdos del pasado, pasos en los desfiles clásicos escolares del 20 de mayo de cada año en el siglo XX, formaciones cerradas de escuadrón, compañía o batallón, a la vez de la presencia de la música ordenada en bandas de guerra, porque ése era su nombre y seguía un estilo instalado en la institucionalidad chilena a partir de la influencia prusiana con Emil Korner a fines del siglo XIX. En otros, recuerda su paso militar, en las distintas ramas de las Fuerzas Armadas y de Orden en otro día, esta vez el 21 de mayo, muchos de esos pasos marciales, como jóvenes oficiales, suboficiales o aún conscriptos, cumpliendo el ritual de la lección del estado moderno(Pierre Bourdieu:2000).

Mas, el bombo se ha ido multiplicando, es fabricado muchas veces en Bolivia, otrora enemigo del ritual anual y que ahora venera al héroe chileno Arturo Prat, claro está ,son tiempos de paz y explican el actual procesos de Integración Subregional que asistimos a partir de la década de los noventa del siglo pasado; la maduración de este proceso de incluir al otro, alcanza la paradoja, si se piensa que el llamado Barrio Boliviano, está en la calle Esmeralda, nombre ícono del buque que se hunde en Iquique.

Cada vez, el ritual se reproduce constantemente en los desfiles escolares, resignificando la tesis de Víctor Turner (1969), sobre el carácter de los mitos, es más cada uno de los habitantes escolares debe desfilar y para ello, se transforma en su vestimenta y actitud en una marcialidad que recuerda la fecha consagrada en el ethos iquiqueño y esa fecha tiene un número el 21.

El origen de la festividad, se devela en 1880, en esa fecha a un año de la ocupación chilena ya se conmemora el combate naval de Iquique(Diario el Veinteuno de Mayo:1880), por tanto se operativiza la tradición en pleno conflicto bélico y se asiste a la construcción del símbolo nacional, centrado en Iquique y que señala a esta ciudad como la capital de un mito, que se revive cada año, porque la fecha es sostén de nacionalidad y la Guerra de 1879, es su soporte, como imaginario de nación de unidad y en el caso chileno de Triunfo, por ello, no es extraño que en el Perú, cada 8 de octubre sea una fecha simbólica o para Bolivia el 23 de marzo, sea el día del mar, para Chile, las últimas fechas son victorias, pero la primera es derrota, sin embargo, como en los vecinos, se reproduce un síntoma propio de la cultura occidental, heredado de los antiguos helenos, llamados griegos por los romanos (Joseph Fontana:2002). Ese síntoma es la tragedia y la tragedia, genera una eclosión en el tiempo histórico, que los historiadores se preocupan de estructurar en un discurso, como lo hacen las Polis griegas con Las Termópilas y la gesta de Leonidas y sus trescientos espartanos, es decir, para Chile se transforma en otro tiempo, que termina en octubre de 1883 con la victoria, sellada en el Tratado de Ancón, que legaliza una cesión de territorio en que el lugar simbólico de la tragedia es chileno, en este caso Iquique.

Pero, el tiempo continua, el Iquiqueño del siglo XX(el llamado iquiqueño antiguo), el habitante de Iquique, el viajero y hasta el pariente del sur, notarán que una vez terminado el mes de mayo, el bombo continua y cede su paso a otro significante, se trata de un bombo religioso, esta vez el bombo de La Virgen de La Tirana en Julio y de San Lorenzo(El Lolo) en Agosto, ahora el bombo marca otros pasos, son bandas, no de guerra, sino de promesantes que también marchan, pero son cruzados, es tal su ritmo de fe, que hacen bailar al Diablo…el Diablo se arrepiente, esto sólo se logra en América Latina y nuevamente el año sigue su curso y el bombo, nuevamente aparece, esta vez a fin de año, acompaña regalos y Viejos Pascueros, más todavía en camiones, es bombo de alegría, como también es bombo de tristeza , nostalgia, dolor y congoja, cuando acompaña a los iquiqueños del siglo XX que han fallecido con marchas militares nuevamente y al son del Himno de Iquique, tal vez en su último trayecto por las calles, recreando una procesión que es encabezada, como los desfiles de mayo por estandartes, pero de Sindicatos, Uniones Obreras, Bailes Religiosos u otros.

Es una cualidad de la identidad de esta región, que a su vez debe agregar otro bombo, como señala Bernardo Guerrero (2007), un bombo de días domingos y que recuerda las glorias deportivas, ahora es el bombo del fútbol del glorioso CDI y del actual Municipal Iquique, por tanto, el bombo es un componente más de este entramado cultural para las Ciencias Sociales de lo que es Iquique.

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