La quebrada de Quisma sufrió una gran transformación con las avenidas torrenciales de 1884.
El agua de la Mesada y cerros circunvecinos con tal potencia y en tal cantidad que arrastró consigo, hasta La Pampa del Tamarugal, gran parte de la tierra vegetal de Chintaguay, El Molino, La Botijería y demás «Chacras» del valle, dejando un surco profundo en toda al extensión comprendida entre Chintaguay y el Crucero, y las tierras inaptas para los pequeños cultivos.