Inaugurado el año 60 con la presencia del intendente de la época don Esteban Sacco Pertini, el Ludimar encandiló a la la bohemia iquiqueña.
Ludimar resume tres nombres: Luis Acuña, Dianira Villalobos -su esposa- y Mario Acuña. Su propietario Don Luis Acuña Acuña tuvo en Arica un restaurante que se llamó «Iquique» y que llegó a vender en plena época del Puerto Libre, 300 platos diarios. Sin embargo, su amor por el Puerto Mayor pudo más. En la calle Ramírez entre Serrano y Tarapacá instaló el Ludimar, un lugar de baile y salón de té exclusivo para la época. La música la puso el victoriano Francisco Masoliver, quien tocaba órgano y piano. El mítico Carmelo Dávila alegró también las noches de las banderas negras. El año 1963, el Ludimar apaga sus luces y con ella una bohemia que parecía doblegarse a la crisis.