El 23 de enero de 1878, alrededor de las ocho de la mañana, un nuevo sismo se sintió en la provincia de Tarapacá. La pequeña ciudad de Chiu Chiu fue parcialmente reducida a escombros.
También destruyó una acequia de más de dos leguas de longitud, sacada de la quebrada de Quillagua, que regaba los terrenos adyacentes, los que quedaron estériles e ineptos para cultivos. Hubo daños en Matilla, Pica, Sibaya, Usmagama, Limarina, Hueviña, Huasquiña, Sipica, Sotoca, Chiapa, Jaica y otras oficinas salitreras.