El clásico es el Mote con Huesillos. A su vendedor se le conocía con el nombre de motero. Un jugo para calmar la sed en esos días donde el sol pega fuerte. La gastronomía, no es un plato que se repite dos veces. En otras palabras, la innovación es parte fundamental. Es uno de sus ingredientes. En esta fiesta de San Lorenzo, el 10 de agosto de 2017, un carrito, en una de las esquinas de la plaza, vendía jugo de Mote con huesillos y quinoa. La mezcla perfecta, el mestizaje culinario en su máxima expresión. Una vendedora aymara atendía el carro que se llama «La Ñusta».