Cada baile religioso que asiste a los santuarios del Norte Grande, porta una imagen de la virgen. Esta lleva en sus brazos al niño Jesús. Y siguiendo una vieja tradición colonial, que es la de arropar a Jesús con atuendos nativos, los bailes lo visten con el ropaje de su baile. De este modo hay niño Jesús vestido de gitano, morenos, piel roja, entre otros.