La confección de flores de hojalata es una tradición pampina y parte del arte fúnebre del Norte Grande.
Las mujeres pampinas se las arreglaron gracias a su ingenio para domesticar el desierto más árido del mundo. Todo lo tenían en contra, la crudeza del clima, las pésimas condiciones laborales, la falta de atención médica oportuna, entre otras.
Las mujeres fueron hábiles al reutilizar latas y otros objetos para confeccionar flores, coronas y cruces para llevárselas a sus seres queridos en los cementerios en cada visita, cada aniversario y cada primero de noviembre. De lata, las flores no se marchitarían producto del tiempo, el viento o el sol. Las flores se mantendrían vivas, haciendo contraste con el árido color de la pampa.
“Estas flores son lo único que perdura en las sepulturas, ya que soportan el sol y las temperaturas extremas del desierto, que en algunas zonas superan los 35 grados Celsius durante el día” (Lobo, 2015)
La técnica de este oficio contempla seis pasos. Primero, hacer los moldes de flores y hojas; segundo, cortar la lata según moldes; tercero, repujar cada uno de los pétalos; cuarto, unir pétalos y hojas para armas las flores; quinto, pintar las flores y finalmente, armar las coronas. Un proceso sencillo, pero que requiere de una maestría aún mayor para interpretar y crear los distintos tipos de flores y ofrendas.
Actualmente, muchas mujeres que vivieron en la pampa llevan a cabo, a través de distintos proyectos e iniciativas, talleres donde enseñan y difunden la técnica, principalmente, a otras mujeres jóvenes y adultas ávidas de aprender y de mantener vivo el patrimonio cultural salitrero.
Tradicionalmente, el primero de noviembre, en el día de Todos los Santos, pampinos y pampinas participan de las romerías visitando en los cementerios de las ex oficinas salitreras a sus familiares y amigos ya fallecidos que descansan allí eternamente.
Uberlinda Vera reconocida como Tesoro Humano Vivo 2012, en una entrevista dada a Tarapacá en el Mundo, señala: “Es llevarla al cementerio, cuando se vela a un finadito uno la lleva, de un familiar, de amistad”.
María Moscoso y Uberlinda Vera son algunas de las mujeres más destacadas de la región de Tarapacá que enseñan la técnica de flores de hojalata y también en papel de seda y crepé. Ambas siguen manteniendo viva la historia de la pampa y sus tradiciones.
Bibliografía:
Lobo, Alejandra (2015) Mujeres, desierto y flores de hojalata. En: La Tercera online, 25 de octubre de 2015.
http://www.latercera.com/noticia/mujeres-desierto-y-flores-de-hojalata/
Tarapacá en el Mundo (2015) Entrevista a Uberlinda Vera, Iquique.
https://www.youtube.com/watch?v=kVmTgwWyXB0