21 de mayo de 1918 – 9 de marzo de 1995.
Hijo de Liborio Luza Miranda y Luisa Cáceres García. Nació en Pica el 21 de Mayo de 1918, en el seno de una familia sencilla y cristiana. Aquí recibió su temprana educación y más tarde, en la única escuela particular de Pica. En su juventud, fue formado en el humanismo cristiano y conocimientos científicos; aprendió latín, inglés, nociones de física, química y astronomía, instruido por el párroco Luis Friedrich, alemán que durante cuarenta años ejerció su ministerio sacerdotal en Pica. Al mismo tiempo desarrolló su talento natural para la música en el culto litúrgico.
A los 18 años, fue llamado al servicio militar el cual cumplió con éxito en el regimiento de infantería de Carampangue y de donde salió con el cargo de Sargento Primero, lo que superaba las expectativas de su tiempo.
Posteriormente comenzó su permanencia en la pampa salitrera, donde participó activamente en organizaciones sociales siendo miembro del Club de Leones, y luego fundador y secretario distral del Club Rotario. En este periodo fue colaborador permanente de la revista «En Viaje», editada por la empresa de Ferrocarriles del Estado, donde publicaba la poesía que escribía con el seudónimo de Enrique Azahares, aludiendo a la perfumada flor del naranjo y limonero, símbolos de su ciudad natal.
Fue el último funcionario de Humberstone; le tocó inventariar y cerrar la oficina. Desde aquí partió a la Oficina Salitrera Victoria respondiendo a un llamado de la Sociedad Química y Minera de Chile. En Victoria ocupó el cargo de Jefe de Estadística, y luego el de Director Administrativo del hospital, cargo con el cual jubiló. Durante el periodo en Victoria, compuso cuantiosa música que fue difundida en todo Chile por el coro Obrero del Salitre de Victoria.
Enrique Luza Cáceres fue un gran músico nortino, autor del himno del Mundial de Pesca y Caza Submarina, y del himno San Andrés de Pica, que se canta en la fiesta del patrono de Pica cada 30 de Noviembre.
Margot Loyola en el libro «La Cueca: danza de la vida y la muerte», lo describe como: el maestro y pianista, generoso, que toca mazurcas, cuadrillas, entrelazadas con cachimbos y zamacuecas.
Terminó su vida en Pica, jubilado y dedicado al contacto con la tierra, a la fiesta patronal de San Andrés y a las celebraciones de Semana Santa. Días antes de morir, escribió un vals dedicado al pueblo de Mamiña, en donde resume su amor por la tierra, su sabiduría y madurez.
Fuentes: Información recopilada de la Biblioteca Pública de Pica «Enrique Luza Cáceres» N° 308, de la página web www.municipalidadpica.cl y del libro “La cueca: danza de la vida y de la muerte» escrito por Margot Loyola y Osvaldo Cádiz (2010).