La historia de los funerales en Iquique, desde el punto de vista de la historia militar, comienza con el de Prat y Serrano. Pero, según nos cuenta Leonel Lamagdelaine:
«Los cadáveres de la «Esmeralda» fueron desembarcados en el muelle Lefrenz y puestos en la vereda de la calle que hay entre el muelle y el edificio de la Aduana. Por la noche en un carro del ferrocarril fueron trasladados al Hospital (ubicado al extremo Norte de la calle del mismo nombre, hoy Amunátegui» (Lamagdelaine, 1985: 3).
Prat y Serrano estaban en territorio peruano. Su velatorio fue en consecuencia sobrio. Lo mismo sucedió con sus funerales. Así nos los cuenta Lamagdelaine:
«El entierro de los héroes tuvo la modestia que las circunstancias imponían. El cortejo estuvo integrado por: don Eduardo Llanos, don Benigno Posada, don Santos de la Presa Casanova, don José Toyos Ruidíaz, don Jaime Puig y Verdaguer, Cónsul de Ecuador en Iquique; don Juan Nairn, ciudadano inglés y un ciudadano francés» (Lamagdelaine, 1985: 7).
Quizás el verdadero funeral a Prat, Serrano y Aldea, ocurrió el 10 de mayo de 1988. En esa fecha recaló la Escuadra comandada por el Contralmirante don Luís Uribe Orrego. Su misión: llevar a Valparaíso los restos de los héroes del 21 de mayo.
A bordo del Huáscar -y seguimos a Lamagdelaine, se levantó una capilla ardiente. Los iquiqueños, convertidos en chilenos, acuden masivamente a presenciar tal ceremonia.
El funeral marítimo concluyó con el arribo del Huáscar a Valparaíso el 21 de mayo de 1888. El relato es elocuente:
«Se formó posteriormente un gran cortejo que acompañó a los féretros. Mientras éstos eran paseados por Valparaíso, al llegar al puente que cruza el estero (actual avenida Argentina), se detuvo allí el cortejo, frente a una tribuna, hizo uso de la palabra el Ministro de Guerra, un representante del Senado y otro de la Cámara de Diputados, terminados los discursos se levantó la tribuna, la comitiva continuó hacia la Iglesia Espíritu Santo, frente a ella se levantó una tribuna, estaba en el Presidente de la República don Manuel Balmaceda, Ministros y Autoridades. Finalizados los discursos se reanudó el desfile con destino a la plaza Sotomayor» (Lamagdelaine, 1985: 9).