Imponiéndose con una fachada directamente hacia la esquina, esta casa ubicada frente a lo que se conocía como Saint Tropez, se ha convertido en un ícono de la costa iquiqueña. Para algunos «La Casona», para otros «El Castillo», esta esquina resalta por su distintiva arquitectura, y por la espacialidad que gana al colindar con la Plaza Bernardo O’higgins. Al ser parte del circuito costero de la ciudad, es una esquina muy transitada y recurrida especialmente por surfers y bodyboarders.