«El pintor Sixto Rojas Acosta salvó ileso en la masacre de la Escuela Santa María de Iquique, ocurrida el 21 de diciembre de 1907»
Sixto Rojas falleció a los 58 años de edad en la Oficina Salitrera Santiago Humberstone en 1941 y sus restos se depositaron en el Cementerio de Pozo Almonte.
Fue un artista errante por la pampa, romántico y bohemio. Decoró teatros y pintó en salones sociales de oficinas salitreras actualmente desaparecidas. Sus cuadros todavía se mantienen en el Casino Español de Iquique. En el segundo piso de ese edificio ubicado en la calle Baquedano -de la vecina ciudad-, se exhiben seis óleos con escenas de mujeres y pasajes de la historia española. Fueron realizados en 1931.
Su gran obra, en tanto, fue el trabajo decorativo en el Teatro Municipal de Iquique, como en el ahora deteriorado Teatro de Pisagua.
Su obra decorativa todavía puede apreciarse en el salón de honor, segundo piso, de la actual Casa de la Cultura de Antofagasta. «La técnica que se utilizaba en ésa época para decorar los teatros era la denominada pintura al temple, que era tierra de colores aglutinada por clara de huevo. La mezcla era muy resistente» explica Waldo Valenzuela, pintor y docente.
La gran huelga lo sorprende como dirigente. Iba al sacrificio, sin embargo una jugada poco clara del destino lo transformó en sobreviviente.
Carlos Graña, afirmó que Sixto Rojas y José Brigg, presidente del directorio de la huelga, caminaban por la calle Barros Arana, «en la tarde del 21 de diciembre, bajo estado de sitio y toque de queda, rumbo al sector del Hipódromo, custodiados por un grupo de la fuerza armada». Así, no estuvieron en el preciso momento de las descargas. La suerte estaba con ellos. Salvaron sus vidas y luego por el caos reinante no fueron reconocidos. Otra versión indica que se hicieron los muertos.
En el primer aniversario de la matanza, en 1908, Rojas fue el principal orador y dijo: «porque la sangre vertida es semilla que germina haciendo nacer nuevos luchadores. Y también tengan presente que en todos los tiempos y en todas las edades, donde hubo tiranos, hubo rebeldes».
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Tomado de http://www.mercurioantofagasta.cl/