Freddy Taberna Gallegos

Nació en el iquiqueño barrio El Morro, el 20 de enero de 1943. De familia humilde como todos los de ese lugar, desarrolló una activa vida social y comunitaria. Fue como buen dirigente, Presidente del Deportivo Unión Morro, organizador del carnaval, entre otras actividades. Estudió en la escuela Nº 3, en el Liceo de Hombres y posteriormente, en la Universidad de Chile, en el Pedagógico, en que se recibió como Geógrafo. Es, en este último período, donde desarrolló su militancia política, ingresando en el Partido Socialista.

Como requisito para obtener su Licenciatura en Geografía Humana, Taberna, presenta su tesis Los Andes y el Altiplano Tarapaqueños: Una tentativa de Evaluación Geográfica. Parte importante de este trabajo, sería publicado tiempo después, el año 1971, por el Centro de Documentación, del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, Sede Iquique, cuyo Director era el profesor Leonel Lamagdelaine V, y don Guillermo Kirk su Vicerrector. Es la serie Nº 1, inaugurando con ello, una línea de investigación de problemas regionales, que las ONGs de los años ochenta habrían de continuar, muchas veces, y en ella incluyo al CREAR, ignorando esos antecedentes.
El contexto sociopolítico de la época, caracterizado por las tensiones que en que se ve envuelta la sociedad chilena, producto de las transformaciones que quiere imponer el gobierno de Salvador Allende, la ideologización que se vive y que se expresa a nivel del discurso académico de la época, permite, en parte, entender, el conjunto de artículos que conforman este libro y que constituyen lo esencial de la producción de Taberna.

​Este joven de porte alto, larguísima barba, que luchó por un mundo mejor, fue; por el simple hecho de liderar una opción de vida; arteramente ajusticiado una madrugada de octubre, en Pisagua. Era el más joven de este grupo, con sólo 30 años y como los otros, se presentó voluntariamente, sin presagiar que esa decisión sería sin vuelta atrás. Hoy, una calle de su barrio El Morro, le recuerda con su nombre.

Cuando el país parece querer olvidar a sus muertos, nos asiste el deber de recordar, que hombres como Taberna, nortinos de cuerpo y alma, aún siguen esperando una sepultura, donde sus semejantes vayan a ofrendarle un flor o un pensamiento.
Por lo pronto, recordando un verso de Ernesto Cardenal, habrá que asumir que no existiendo esa tumba, tendremos que conformarnos con declarar a la vasta región de Tarapacá como el reposo de un hombre que pese a la muerte y a sus verdugos, nos sigue penando.

Fuentes:
– Guerrero Jiménez Bernardo, Editor CREAR, Iquique, Primavera de 1996
– www.edicioncero.cl

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