I
Templad en este día, las cuerdas de mi lira,
¡oh, Musa de la Historia para cantar a Pat,
Para llorar su hazaña, que el mundo tanto admira
Y en mis humildes versos su gloria recordar!
II
El gesto de la guerra hallo un lugar propicio
Para mostrar al hombre la fuerza del valor
Que en las sangrientas lides hallando el sacrificio
Jamás rindió al chileno su vida sin honor
III
Estaban en Iquique cual tímidas gaviotas,
Huyendo de la furia del hórrido cañón
La tímida “Esmeralda” de hazañas tan remotas,
La débil “Covadonga”, también de grande acción
IV
Por fin, llegó el veintiuno de mayo tan glorioso
En que natura bella, lucía su esplendor;
El cielo estaba puro, cual nunca luminoso
Bañado por la lumbre del fulgurante sol
V
La superficie tersa del mar americano
Una rizada apenas por aura matinal;
En nuestras viejas naves el tricolor ufano
Sobre el más alto más alto mástil veíase ondear.
VI
Más, pronto aparecieron dos férreos colosos
Con la que nuestras naves se aprestan a luchar:
Eran dos enemigos, dos buques impetuosos
“Independencia” y “Huáscar”… ¡Qué lucha tan desigual!
VII
El “Huáscar” arremete con su espolón de acero
Al débil barquichuelo que comandaba Prat…
Comienza ya el combate con un ardor tan fiero
Como el fragor intenso de horrible tempestad
VIII
Y rompen los cañones… El humo del combate
Envuelve ya a las naves que asombran a aquel mar
Y lidia allí el chileno, y el corazón le late
Por santo amor de patria, de gloria y libertad
IX
Era desigual el combate del débil contra el fuerte
El “Huáscar! Impaciente se afana por hundir
A nuestra vieja nave. La despiadada suerte,
Fatal para el chileno, le dio glorioso fin.
X
Avanza gigantesco sobre su débil presa
Y ataca fieramente con su fuerte espolón;
Más, Prat, siempre resuelto de combatir no cesa
Y grita: “¡Al bordaje!” con resonante voz.
XI
En medio de combate, tronando los cañones
La voz del comandante, lejana se perdió.
Por eso no siguieron su ejemplo los campeones
Pues solo fue un sargento el que su grito oyó
XII
De la enemiga nave saltó sobre cubierta
Seguido por Aldea que junto a él murió
Más ¡ay! Cayeron pronto en la feroz reyerta
Por las traidoras balas partido el corazón
XIII
Vuelve al cobarde ataque el combatiente fiero
Serrano el noble ejemplo de Arturo Prat siguió
Y también como aquellos murió el audaz guerrero
Al silbo de las balas y al trueno del cañón.
XIV
El monitor peruano le dio otro espolonazo
Pero la frágil nave no pudo resistir…
Y disparó Riquelme el postrer cañonazo
Y vióse a la “Esmeralda” gloriosa sucumbir
XV
Se hundía la “Esmeralda” para encontrar el seno
Del sacrificio eterno en el inmenso mar;
Pero llevando al tope el tricolor chileno
El símbolo de patria, de gloria y libertad
XVI
¡Oh Prat… en este día te señaló la gloria
La fúlgida morada de la inmortalidad!…
Con sacrificio eterno llevaste a la victoria
A las chilenas huestes venciendo en tierra y mar
XVII
¡El pueblo agradecido recuerda en su civismo
La inclita epopeya del eminente Prat!
¡Salve glorificado día de santo patriotismo!
¡Salve oh augusta sombra del héroe inmortal!
Florencio Segundo Silva Trincado
Tomado de:
Revista Zigzag
Santiago, Chile, 5 de junio de 1915
Año 1, Nº 537, pagina: No indica