El sol que con sus rayos anuncia la mañana
de firme sobre el puerto la viene a iluminar…..
La nave tan querida despierta siempre ufana,
sintiendo en sus costados los besos de la mar.
Audaz dominadora sobre enemiga rada,
emblema inmaculado de inmaculado honor,
tendida a todo viento, soberbia y descuidada,
flamea su bandera de hermoso tricolor.
Los iris matutinos, de su púrpura y su gualda
le ofrecen orgullosos su rica profusión,
porque la nave aquélla se llama «La Esmeralda»
y esa bandera hermosa, de Chile es pendón.
Autor: Luis Rodríguez Velasco