Busto a Obispo Labbé
Gratitud Cuarenta mil pesos tendrán que reunirse por suscripción popular para costear el busto de Monseñor Carlos Labbé Márquez, esculpido ya en bronce por una
Voces de la Calle: A
Acambuchaba. «-…y le pegó tanto, pero tanto –y acambuchaba su trompa de marrana-, que tuvo que salir doña Corazón y quitársela a tirones-» (Caliche. Luis González Zenteno, 1954:
Voces de la Calle: B
Bagaza. «Y se sentó. Los pasos de su compañero hacían chillar la arena de la calle. -¡Huasito! ¡Huasito! –llamó-. ¡Huaso cabeza de adoquín! Hijo de una bagaza. Bergante
Voces de la Calle: C
Cabrió. «La deserción culminó con los traslados del Retén de Carabineros y la Oficina del Registro Civil. Esto era, como quien dice, el certificado de
Voces de la Calle: D
Decauville. «El Laucha, despreocupado de sus palabras, buscaba con ojos ávidos la plata dormida en los rieles, en los vagones decauville, en cualquier trozo de mineral.
Voces de la Calle: E
Encurdelo. «Los rostros flotaban en la atmósfera. La obscura cara del negro, torcida y riente; la cabeza de escafandra de Senén Borja; el perfil de
Voces de la Calle: F
Farfullaba. «-¿Por qué? ¿Por qué lloras? Di –y la estrechó en sus robustos brazos. -No, Dempsey, no, que me haces daño. -Sí, si –la besaba
Voces de la Calle: G
Gambetazo. «…Parados en las esquinas, algunos obreros ojeaban diarios y revistas y otros en la cancha le daban a la de cuero, rodeados de un
Voces de la Calle: H
Huachito. «-¿Y se puede saber qué hacís aquí? -Esperando que alguien me tire un hueso. -¿Tan pobre estai? -Pobre no –se defendió el Laucha-. Lo que
Voces de la Calle: I
Iquique. «…Iquique era una villa grande, acogedora, cordial, en que los habitantes proletarios se prestaban recíproco apoyo. El sentido clasista se expresaba en los más nobles ejemplos
Voces de la Calle: J
Jámila. «Al viejo le obsedía una idea: «¡Huesos, los huesos que vender!» Idea salvaje, descarnada, hediente a humores de pudrición. Pero dijo: -Ve, hijito… -de pronto,
Voces de la Calle: K
Krumiros. «…Jadeantes, alcanzaron hasta la esquina de Riquelme y recordando que soldados del Carampangue estaban trabajando en la bahía, acordaron ir a evidenciarles su descontento. -¡Vamos!
Voces de la Calle: L
La Coruña. «Garrido, que ya había ocupado su puesto de barretero en La Coruña, se asombraba de esa especie de sexto sentido de sus compañeros. Porque su
Voces de la Calle: N
Nuco. «-¡Ja, ja, ja! –barbotó un borracho tirado por allí, restregándose los ojos-. ¡Baila conmigo este bailecito, oye, Yerba Luisa, mira que me estoy muriendo
Voces de la Calle: O
Oficina Salitrera. «-¿Y lo del comercio libre? -Eso, no. Ahí la gerencia mantiene su doctrina inconmovible. Una oficina salitrera es una propiedad privada de súbditos
Voces de la Calle: P
Palangana. «Y he aquí que a la ya un poco madura señorita Irene, el espectáculo le nublaba la vista y le repercutía las entrañas. Era