Las Bandas de Bronces nacieron de la mano de la chilenización del Norte de Chile posterior a la Guerra del Pacífico, pues surgieron en los cuarteles militares como estrategia de inserción de la población al nuevo territorio del país. Sin embargo, no fue hasta mediados del siglo XX, período de auge del salitre, en que se transformaron en lo que hoy conocemos como tal. Con la convivencia de chilenos, peruanos y bolivianos en las oficinas salitreras, se dio paso a la conformación de Bandas de Bronces destinadas a las festividades locales. Con el pasar del tiempo, la influencia andina, principalmente proveniente de Bolivia con el ejemplo del Carnaval de Oruro, se hizo evidente y la presencia de los Bronces fue definiendo su camino.
El caso de la fiesta de La Tirana es el contexto donde las bandas se expresan de manera masiva, dotando a dicha fiesta de su reconocible sonoridad. Los Bronces son uno de los sellos del patrimonio musical de la región, y en la fiesta de La tirana es donde se concentra mayor cantidad de ellas. Son las encargadas de musicalizar el ambiente festivo de La Tirana, y justamente allí está su importante valor. Ahora bien, el tiempo las ha instalado en la columna vertebral de las manifestaciones identitarias de la región, pues más allá de las fiestas patronales, su alegría y ritmo han sido adoptados también en otras facetas de la cultura popular.